Este lunes, a las 18.30 horas, vuelven los jugadores del primer equipo del Málaga a la actividad tras sus vacaciones navideñas. Y, como establece el protocolo de LaLiga,
deberán pasar por nuevos tests PCR para comprobar si están limpios de
Covid-19. La incertidumbre y el temor a que haya más resultados positivos tiene en vilo al cuerpo técnico.
Ya se justificó, en parte, el bajón de final de año y los malos resultados -el Málaga acumula cuatro jornadas sin ganar- por las múltiples ausencias que sufría el equipo, hasta ocho para el último compromiso de 2020. Se esperaba que, con la entrada del nuevo año, algunos de esos lesionados podrían recuperarse. Pero
el problema se agravó cuando hasta seis miembros del plantel, jugadores y algún técnico, dieron positivo por coronavirus antes marcharse de vacaciones.Si bien
han estado asintomáticos o con síntomas leves, tal y como informó el club el pasado 23 de diciembre, eso no quita que hayan podido contagiarse más compañeros estos días y que la situación desemboque en un brote del que no quieren ni oír en el seno del conjunto malacitano. Pero la posibilidad, como ha ocurrido en otros equipos y deportes está ahí. Y si eso ocurre,
afrontar el duelo frente al Alcorcón del lunes 3 de enero puede ser una verdadera odisea.Los contagiados, tal y como marca la normativa del Gobierno andaluz,
están guardando una cuarentena obligatoria de 10 días que finalizaría, en el mejor de los casos, 48 horas antes del siguiente duelo de Liga.
Muy justos para llegar en forma, y eso sin saber si les queda alguna secuela. Cualquier otro que dé positivo en las pruebas deberá hacer lo mismo y se perdería el partido.
Bajas seguras para enfrentarse al cuadro alfarero son
Luis Muñoz, lesionado de larga duración;
Brandon, sancionado;
Paulino, neumonía; e
Hicham, rotura de fibras. Muy dudosos son los casos de los que salen de problemas musculares como
Juande o Jozabed, o de problemas articulares como
Kevin o Ramón Enríquez.
Un panorama oscuro que
puede ser aún más desolador si aparecen más positivos en las PCR a las que se someterán los jugadores en su reincorporación al trabajo. Se les dieron instrucciones para evitar, en la medida de lo posible, contactos con gente que no pertenece a su círculo más íntimo. Pero, en ocasiones, ni extremando el cuidado uno se puede librar del bicho.