El Málaga no gana para sustos.
La eliminación de la Copa, aun a costa de un conjunto de inferior categoría como el
Rayo Majadahonda, no ha sentado demasiado mal en el equipo. Se ha perdido una gran oportunidad de avanzar en el torneo, de enfrentarse a un Primera y de los más grandes, de mantener con ritmo de competición a los suplentes, pero se ha ganado en tranquilidad. O eso quieren justificar desde el vestuario.
Esa actitud se entiende desde el punto de vista de las lesiones.
Son hasta ocho los futbolistas habituales que, por uno u otro motivo, se encuentran en el dique seco y se ausentaron en la Copa. A saber: Luis Muñoz -baja para todo el curso-, Ramón, Juande, Jozabed, Isma Gutiérrez, Kevin, Antoñín y Paulino.Este último ha sido el más reciente en caer. Y la causa, al menos por el nombre, parece preocupante.
Una neumonía bilateral bacteriana es lo que padece el cántabro, que no podrá estar ante el Leganés este sábado y, según su evolución, podría incluso perderse más encuentros después del parón navideño. Porque no sólo es la cura de la infección sino la sensación de cansancio que puede llegar a perdurar varias semanas.
De ahí que
José Alberto López deba buscar soluciones para suplir a quien es uno de sus fijos en las alineaciones. Ya sea actuando de extremo derecho o de mediapunta, Paulino y su desequilibrio han sido hasta ahora imprescindibles. Ocupa el tercer escalón de minutos jugados tras
Peybernes y Brandon.
La recuperación de
Hicham, la reinserción de
Jairo o la aparición de canteranos como
Haitam y Larrubia pueden cubrir con garantías la ausencia de Paulino de la Fuente.