Sigue doliendo en el Málaga. Era donde se había hecho fuerte y lo que había permitido aguantar los nefastos resultados a domicilio. Pero esa fortaleza ya ha sido profanada y ahora hay que encontrar los motivos del porqué.
En esos argumentos,
uno de los aspectos clave es la fragilidad defensiva. No puede ser casualidad que el equipo haya encajado cinco goles en los dos últimos partidos coincidiendo con la
ausencia por lesión de Juande Rivas. Y eso ante rivales recién ascendidos como el
Burgos y el Amorebieta, que no se caracterizan, precisamente, por su capacidad goleadora.
El eje defensivo lo han formado en esos dos encuentros Lombán y Peybernes, dos centrales más que experimentados, pero que no han estado al nivel que se esperaba de ellos. Jugar con la zaga tan adelantada les ha ocasionado muchos problemas por su falta de reacción y de velocidad. Así marcó, con balones a sus espaldas,
Guruzeta su doblete.
Especialmente,
Peybernes ha quedado retratado en estos dos choques. Desde la imborrable, por negativa, imagen de pasividad entre él y
Víctor Gómez en Burgos hasta el gol anulado a este último porque el francés, en fuera de juego, intervino en la acción, pasando por la mala coordinación con Lombán y el resto de zagueros para tirar el fuera de juego.
Tampoco ha ayudado el trabajo del doble pivote con Escassi y Genaro, ni las flojas actuaciones de Dani Martín, que no termina de ganarse la confianza de los seguidores pues combina alguna buena parada con otras en las que claramente podría haber hecho algo más. Sin ir más lejos,
los dos goles del Amorebieta se los metieron por el palo que él defendía.Algo deberá modificar
José Alberto López si Juande no se recupera para el duelo de este sábado en Ipurúa.
Ismael Casas ya jugó en Copa en ese rol de central. Los filiales
Andrés Caro y Moussa Diarrá son las otras alternativas, quizás más arriesgadas por su bisoñez. Pero la experiencia de Lombán y de Peybernes tampoco ha dado buenos frutos. Mucho trabajo por delante tiene el técnico asturiano, quien también está en la parte más alta de la ola de las críticas.