Lleva una semana trabajando con el grupo y
las sensaciones son muy positivas. Algo que no había sentido en el último año y medio, justo desde que comenzó su odisea con las lesiones musculares. Las mismas que le han impedido disputar un partido oficial desde diciembre de 2020. Pero
Hicham Boussefiane aún deberá tirar del carro de la paciencia un poquito más.
El extremo derecho tiene el alta médica. Las últimas exploraciones han determinado que ya no sufre ninguna lesión ni rastro de ella. Es, por tanto, ahora, más una cuestión anímica que física. Normal en alguien que ha encadenado varias roturas de fibras. En el cuerpo médico del Málaga, y también en el técnico, lo están cuidando con mimo.
No quieren otra recaída, que sería nefasta para el jugador.
Ya se hizo así en verano cuando llegó a disputar varios amistosos con un incremento de minutos muy escalonado y controlado. Aun así, volvieron a aparecer molestias y hubo que frenar de nuevo y consultar a nuevos especialistas, incluso en
París,
pagado del bolsillo del propio futbolista. Parece que ha dado sus frutos.
Ha cambiado ciertos hábitos deportivos y personales y comienza a ver la luz al final del túnel.
No será, sin embargo, este lunes.
José Alberto López lo explicó así. "Ya está entrenando y cada día lo vemos mejor.
Tenemos un plan con él, tener paciencia e ir viendo con él si se ve bien y tiene seguridad y confianza. Esperamos que pueda funcionar para ver al Hicham que todos recordamos". Dicho eso, añadió. "Posiblemente, no esté en la convocatoria contra el
Tenerife, tan sólo lleva una semana con el grupo. Hay que tener paciencia. Es precipitado que el lunes pueda estar".
Hicham, que ocupa plaza del primer equipo,
se encuentra ante el último año de su contrato y los próximos meses serán importantes para él. Primero, que pueda jugar sin lesiones. Y segundo, que pueda demostrar nivel para conseguir la renovación o bien un nuevo contrato en otro equipo dentro de categoría profesional.