El
Málaga es uno de los equipos con la edad media más joven de Segunda división. La mitad del equipo titular es aún sub23 contando con los
Dani Martín (23),
Víctor Gómez (21),
Genaro (23),
Kevin (20),
Antoñín (21),
Roberto (19) o
Juande (22). Una ilusión a raudales que, en ocasiones, juega malas pasada por la falta de experiencia.
Precisamente, uno de ellos,
Juande Rivas, confesó hace unos días a su entrenador,
José Alberto López, que era su temporada de estreno, su primera vez. "
Me decía que esta temporada es su primera experiencia con público". Es ya su tercera temporada, la segunda con dorsal del primer equipo y, hasta ahora, una vez que la presión de la pandemia ha bajado, no había actuado con miles de aficionados en la grada.
Un hecho que no pasa inadvertido para los estadistas. "Se ha retomado la tendencia de los equipos locales con mejores resultados en casa", reconoció el entrenador del Málaga antes de añadir que, de cara al
Tenerife, "el equipo, en casa, está cómodo, bien. Nos sentimos muy fuertes con nuestra afición".
Sin embargo, lanzaba un aviso a navegantes. "Los veteranos nos mantenemos al margen de todo. Nos centramos en trabajar y ver qué podemos corregir.
Siempre digo que el halago debilita y la crítica te puede afectar más cuando eres joven. Somos un equipo muy joven y con muchísimo margen de crecimiento", enfatizó.
En ese sentido van las palabras de Juande a su mister. Y por ahí se puede entender que
el Málaga sea el peor conjunto de toda la Segunda división a domicilio. Esa falta de costumbre, la presión de los aficionados rivales, está jugando malas pasadas a un equipo tan bisoño como repleto de calidad. Ya no es sólo Juande. La mayoría de sus compañeros, de los últimos canteranos, están pasando por la misma situación.