El
Granada CF arañó un punto de una plaza tan complicada como el Wanda Metropolitano
tras empatar a cero ante el Atlético de Madrid en el debut de Aitor Karanka como entrenador rojiblanco. Sorprendió, pues las sensaciones son muy diferentes a las de hace apenas tres días, cuando la plantilla parecía haber tocado fondo.
Además, no iba a ser tarea fácil, pues al frente aguardaba un Atlético de Madrid con la clara idea de quitarse una maldición de encima, pues ha perdido cinco de sus ocho partidos de esta temporada de LaLiga Santander contra los cinco últimos de la clasificación. Incluso en la primera vuelta, los colchoneros sucumbieron en el Nuevo Los Cármenes por 2-1 con goles de
Machís y
Molina.
Para su debut,
Karanka completó un 4-2-3-1 como sistema. Uno de sus favoritos en su andadura por Inglaterra, donde tuvo la oportunidad de entrenar al histórico Nottingham Forest, Middlesbrough -con el que ascendió a la Premier-, y Birmingham. Como novedades en el once, el vasco introdujo a Álex Collado y Luis Suárez, este último volvía tras cumplir sanción ante el Levante y tras la polémica surgida al encararse a la salida del estadio con varios aficionados.
La primera media hora el Granada aguantó muy bien los arreones colchoneros e incomodando al Wanda con pausa. Hasta que llegó una acción polémica en la que
Víctor Díaz dejó el pie para evitar que
Griezmann chutara y dejó al ariete francés con una gota de sangre en el calcetín, algo por lo que los locales protestaron airadamente, aunque no corrieron la misma suerte que con el Espanyol.
Todos los rojiblancos se encontraban bien plantados sobre el verde.
Organización, que es al fin y al cabo lo que pidió Karanka en su rueda de prensa de presentación. Visibles eran los esfuerzos de jugadores como Petrovic a la carrera para recuperar balones, la férrea línea defensiva o la presión de
Collado arriba.
Al término de la primera mitad, el Granada no mostraba síntomas de ansiedad, algo bueno para un equipo que se juega el descenso. Además, es la primera vez que se fueron sin encajar gol al descanso, algo que ni pasaba desde hace justo un mes. Fue en Mendizorroza ante el Depotivo Alavés.
A la hora de partido, surgió un inconveniente para Karanka. Machís se marchaba lesionado, aunque sin gestos claros de dolor, pues lo hacía con total normalidad. Su lugar lo ocupaba el albano Uzuni.
A partir del minuto 70, Simeone introdujo todas sus variantes de ataque formando una delantera tan ofensiva con Carrasco, Suárez y Cunha que amenzaban con superar a la defensa nazarí por su contundente físico. La apuesta de Karanka fue la de Montoro y, sorprendentemente,
Carlos Bacca, que ha estado diez partidos sin disputar un solo minuto. Además, a cinco del final, Puertas notó el esfuerzo físico y el técnico vasco introdujo a
Raba, otro que no contó para Moreno ni Torrecilla.
Ya en el último minuto y con el Atlético volcado al ataque y con los granadinos buscando la contra, a punto estuvieron de perder ese empate en una acción embarullada en la que Cunha estrelló el balón ante la madera
Con este empate, el Granada queda con 30 puntos, a uno de la salvación que marca el
Cádiz momentáneamente, y con una unidad que hace creer en el planteamiento de Karanka, que ha mostrado un equipo organizado y sin perder la cabeza.