"Depende de muchos factores, pero las ganas de volver un día al club en el que uno creció están ahí", afirmó Cristóforo, quien matizó, no obstante, que "ahora el único pensamiento es intentar ascender a Primera con el Girona".
El mediocentro charrúa de 27 años, pieza clave de los catalanes, avanzó que el Girona luchará "hasta el final" por disputar la promoción de ascenso a la élite del fútbol español.
"Será difícil, pero el equipo depende de sí mismo y afronta este tramo final en un gran momento de juego y de resultados. Con mucha confianza, autoestima, entusiasmo e implicación", añadió.
"El ascenso es el objetivo máximo. Para eso se formó el plantel, pero antes hay que entrar en el 'play-off' y jugar contra el Tenerife. Esto es muy largo, y aún no se ha ganado nada", añadió el '8' de un Girona que tras ganar en Oviedo (0-1) está a dos puntos de la sexta plaza.
Justo después de firmar uno de sus mejores partidos con el cuadro catalán -"quizás el mejor", apuntó-, el uruguayo, compañero de Christian Stuani y Santi Bueno, dijo que firmaría "con sangre" poder jugar con el Girona en Primera.
Además, celebró que el equipo tenga "un carácter igual al uruguayo: no se da por vencido, lo deja todo en la cancha y muere por los partidos".
"Es una suerte, tener a gente de tu país al lado, y más viniendo de un país chico como Uruguay. Acerca a las raíces, a los orígenes, a casa. Y Christian, además, es una pieza fundamental para todo el equipo", destacó Cristóforo.
Hace ocho años, cruzó el Atlántico de la mano del Sevilla, tras ser subcampeón del Mundial sub-20 con Uruguay.
"Ese Mundial fue algo inolvidable. El equipo se quedó a un paso de ganar. Lo mereció, pero el fútbol no va de merecer, va de ganar", lamentó Cristóforo, recordando, también, aquella eliminatoria de cuartos de final ante la España de Julen Lopetegui, Saúl Ñíguez, Juan Bernat, Óliver Torres, Paco Alcácer, Denis Suárez, Gerard Deulofeu y Suso.
El exjugador de la Fiorentina, el Getafe y el Eibar también se emociona al rememorar las tres Ligas Europa seguidas alzadas con el Sevilla (2013, 2014 y 2015), el club que le abrió las puertas del Viejo Continente, y los "tres años maravillosos" en la ciudad andaluza.
"La vorágine del día a día nunca te deja parar a pensar, pero es un orgullo haber llegado hasta aquí. Ha llegado mucho más lejos la realidad que la imaginación y los sueños", manifestó.
Y es que Cristóforo sigue viéndose como ese niño que a los cinco años empezó a jugar en el Santa Rosa, el club de su barrio que entrenaba su abuelo, y que hoy sigue "trabajando" por llegar algún día a la absoluta: "El sueño de todo uruguayo".
Recuerda, también, jugar "todas las tardes" delante de su casa o de la de sus abuelos, "donde se podía y donde no", y romper un sinfín macetas. Allí jugaba con su hermano, su "ídolo", el actual portero del Manta FC de la Primera División ecuatoriana Federico Cristóforo, cuatro años mayor.
"El mayor sueño era jugar un día como él y sus compañeros", asiente el centrocampista rojiblanco, que en sus primeros años compatibilizaba el fútbol con el balonmano y que a los 14 años se incorporó a las categorías inferiores de 'su' Peñarol. Con esa camiseta alzó, en 2013, el torneo uruguayo antes de subir a un avión hacia el Estadio Sánchez Pizjuán.
Su película favorita también va de aeropuertos, 'Atrápame si puedes', y hoy sueña con hacer buena en Girona una de las grandes citas del film de Steven Spielberg: "Dos ratoncitos cayeron en un cubo de nata. El primer ratón se rindió y se ahogó. El segundo ratón decidió pelear, y se esforzó tanto que transformó la nata en mantequilla y consiguió escapar. Caballeros, desde este momento soy ese segundo ratón".