El central Jonás Ramalho y el guardameta Gorka Iraizoz fueron las dos únicas ausencias en el entrenamiento que el Girona de Pablo Machín llevó a cabo este lunes en Riudarenes, el primero de una semana de dos partidos que se presenta clave para las aspiraciones de acabar la temporada en posiciones europeas. Los rojiblancos, que pelean por una plaza para la Europa League, visitarán el jueves al Alavés en Mendizorroza y el domingo recibirán al Espanyol en Montilivi.
El zaguero de Barakaldo, titular en el eje de la defensa gerundense en los últimos dieciocho encuentros de liga, trabajó en el gimnasio por precaución, mientras que Iraizoz, el portero suplente del equipo, fue baja por motivos personales. La noticia positiva del entrenamiento fue que, después de varias semanas, Machín pudo volver a contar con el defensa catalán Carles Planas y con el delantero keniano Michael Olunga, que ya han recibido el alta una vez superadas sus dolencias en el bíceps femoral del muslo derecho y en la cadera, respectivamente.
A falta de tan solo seis jornadas para la conclusión del campeonato liguero, el Girona, que tan solo ha podido sumar un punto de los últimos doce posibles, es octavo con 44 puntos, cuatro menos de los que tiene ahora mismo el sexto clasificado, el Villarreal.