Este martes 15 de octubre se reunieron por decimoctava vez las partes implicadas en la firma del primer convenio colectivo que regule los derechos de las futbolistas. El resultado de la reunión fue el mismo que en las diecisiete anteriores, no hubo acuerdo. El problema sigue siendo el mismo: la falta de acuerdo en la parcialidad laboral. Con ello, las protagonistas de esta historia, las jugadoras, se plantean incluso convocar una huelga.
Las futbolistas, cansadas de esta situación, quieren pasar a la acción mediante un acto reivindicativo en algún encuentro o directamente parando la competición. Esta situación mancha la imagen del fútbol femenino español que avanza pero aún sigue sin contar con lo básico para asentar las bases de la profesionalidad: la firma de un convenio. La huelga, es un acto que secundan de forma inminente UGT y Futbolistas ON. AFE, el órgano con mayor representación en la mesa negociadora, es más cuato y prefiere reunirse con las capitanas antes de tomar una decisión. La posibilidad de huelga no es algo nuevo, de hecho, ya se planteó a principios de competición si se iniciaba sin haberse firmado el convenio pero finalmente, no se llevó a cabo.
El principal problema por el cual en 2019 no se ha firmado un convenio que regule los derechos de las futbolistas es, por los desacuerdos en la parcialidad laboral. Por un lado, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF) al que pertencen 13 de los 16 equipos de Primera (salvo Athletic, Barcelona y Tacón) ofrece un contrato a tiempo parcial situado en el 50% de la jornada laboral y cifras anuales de entre 13.000 y 16.000 euros. Esta oferta se ha mantenido en el tiempo y la han ratificado a través de un comunicado publicado el día 16 de octubre en el que se muestran "inamovibles" con respecto a estas cifras porque consideran que una oferta superior sería "inviable" para algunos clubes.
Por su parte, los sindicatos no se mueven del 75% ya que consideran que las futbolistas no solo están trabajando durante las sesiones de entrenamientos o los partidos aquí también engloban los viajes, la preparación física o nutrición entre otros temas. La ACFF considera "inasumible" dicho porcentaje y no se mueven del 50%, una media jornada que las futbolistas no consideran correcta ya que les dejaría un salario de 8.000 euros anuales.
En esta historia, las principales afectadas, las jugadoras, piden: un salario mínimo, coberturas sanitarias en lesiones de larga duración, vacaciones de 30 días naturales, 21 de ellos consecutivos en verano como el masculino, protocolo contra el acoso sexual o coberturas de embarazo, maternidad y lactancia. Económicamente, ellas piden un salario de 20.000 euros anuales en 14 mensualidades y una jornada laboral de 35 horas semanales o lo que es lo mismo, 75% de parcialidad.
A día de hoy, la firma de un convenio colectivo para el fútbol femenino español parece lejano. La negociación está rota y las partes frustradas. Las futbolistas están muy afectadas ante la situación que están viviendo. Mientras que en Inglaterra se cuelga el cartel de "no hay billetes" para el amistoso que enfrentará a la selección inglesa frente a Alemania el 9 de noviembre en Wembley y su liga (FAWSL) emite todos sus partidos en abierto, en España continuamos sin la firma de un convenio y con disputas por los derechos de televisión.