Cuando un equipo lleva la racha de victorias que presentaba el
Sevilla FC hasta hace dos semanas, lo más normal es que llegue la derrota. Estadísticamente, es el escenario más probable. Sin embargo, en una plantilla tan compactada, bien trabajada y sólida como es la nervionense, lo que uno espera es que sea
fiel a sí mismo hasta en los peores días. Fue así ante el
Dortmund, salvando una horrible primera hora con un buen arreón final; pero al equipo que se ha visto en el
doble duelo con el Barça y este sábado en
Elche no lo reconoce (con perdón) ni la madre que lo parió.
Se puede fallar un penalti y por supuesto que se puede perder, pero
decepciona ver a Koundé mirando cómo arma el disparo Dembelé, con Jordán girándose; resulta
inexplicable que En Nesyri no se fuera al córner en la penúltima acción de la semifinal e
indignan la falta de Fernando y el despeje de Diego Carlos.
Exaspera verle salir en Elche jugando al ritmo de Rakitic, es decir: andando y pidiéndola 'cortita y al pie'. Y
tuerce el gesto observar la apatía e indolencia al ponerse por debajo en el marcador.
Desilusiona ver lo poco que necesitó un equipo que luchaba para salir del descenso para crearle serios problemas defensivos y desactivarle por completo en ataque.
No probó a Badía hasta el 86' y el tanto de De Jong en el alargue no sirvió más que para maquillar.
Éste no es el Sevilla FC. La pájara ha llegado en el momento menos oportuno. Esa languidez es impropia e incompatible con la casta y el coraje. Es un
espíritu desnudo. Se le ve con el
alma al aire. Y eso
preocupa mucho más que las tres derrotas seguidas (cuatro en los cinco últimos partidos en tres competiciones).
Un Sevilla tan apocado como 'acopado'
Tras el varapalo de las semifinales del Copa del Rey, el
Sevilla FC buscaba retomar la senda de los buenos resultados en el Martínez Valero de
Elche para seguir peleando con los tres poderosos en la zona alta de la tabla clasificatoria de
LaLiga. Menos mal que hay colchón, porque, tras más de una hora de partido con un aburrido 0-0, Raúl Guti adelantó a los locales en el 71' y casi sentenció a un equipo nervionense bastante
apocado (RAE: "Que se comporta con timidez, vergüenza, excesiva humildad o lentitud") y también un poquito
'acopado' (sin Copa), pues los efectos de la decepción en el Camp Nou aún son palpables en el ambiente.
Mitad fruto del
desgaste, físico y anímico, de 120 minutos en Barcelona; y en parte pensando ya en la
'operación remontada' ante el Borussia de Dortmund en Champions, Lopetegui formó de inicio con una alineación dominada por la llamada
'unidad B'. Vaclik y Sergi Gómez salieron por los lesionados Bono y Koundé, mientras que Rekik, Gudelj, Escudero, De Jong o Munir dieron descanso a hombres importantes como Diego Carlos, Acuña, Fernando, Joan Jordán, Suso o En-Nesyri. "Los jugadores
no son máquinas", repetía el vasco en la previa, quejándose de la enorme carga de partidos en los últimos meses.
El
Papu Gómez volvió a ser titular pero por fin en una posición interior, junto a
Rakitic escoltando al pivote serbio en la medular y entrando en contacto con la pelota de manera permanente en 10 minutos de
monopolio sevillista de la posesión, tocando con calma buscando espacios para verticalizar, pero sin arriesgar lo más mínimo. Como mucho, cuando se cansaba de trazar horizontales, buscaba con
'melones' a De Jong, siempre efectivo de 'hombre-boya' y que forzó tres faltas y una amarilla en el tramo inicial.
Las réplicas del Elche eran todo lo contrario: con muchos
menos toques en la elaboración,
aunque moviéndola con más ritmo y con más intención que su rival, y con constantes
envíos al área nervionense a la más mínima oportunidad. Así forzaba algún que otro córner y buscaba inquietar en las
segundas jugadas posteriores a los despejes de los centrales sevillistas. El mejor ejemplo de lo poco que necesitaban los franjiverdes para crear peligro llegó en un minuto y medio de asedio que nace de un balón a la espalda de Navas con un centro desde la izquierda que
se pasea por el área delante de los centrales y de Escudero y que recoge Tete Morente en la derecha para volver a enviarlo al área de castigo.
Una
escoradísimo libre directo lanzado a portería por
Escudero y desviado a saque de esquina por Calleri fue lo más reseñable en 30 minutos por parte de un Sevilla
muy bajo de pulsaciones. Precisamente con el pucelano y Jesús Navas jugando muy abiertos y adelantados consiguieron los de Lopetegui avanzar algo su
'línea de pase seguro'. Como ya viene siendo habitual en partidos que cuesta desatascar, cierra con tres -Gudelj, Sergi Gómez y Rekic- para meter a los otros siete en campo rival e intentar
tocar por dentro y generar superioridad por fuera. Demasiado previsible.
El Elche adelantaba la línea de presión pero sin llegar a morder,
dejando conducir a Sergi Gómez, Rekic o Gudelj para juntarse a partir del centro del campo cerrando bien todas las vías. Sólo encimaba para no dejar recibir, o al menos impedir que se girasen Papu y Rakitic. Y es que el trío
Koundé-Fernando-Diego Carlos no sólo son el escudo defensivo de este Sevilla FC, también
lideran la salida de balón: con
buen primer pase y conducción de los dos primeros y con el tercero abriendo alternativas con su buen desplazamiento en largo. Tampoco estaba otro futbolista muy eficaz a la hora de cambiar la orientación como es Jordán, por lo que
abusó de balones al pie y apenas tuvo profundidad en su juego.
Al ritmo de Rakitic
El Sevilla FC jugaba
al ritmo de Rakitic, y la connotación de esta afirmación no es para nada positiva ni la que cabría desear, ni el croata ni el club. Lento, con poca movilidad y hasta con cierta desgana, imponía un juego
parsimonioso que daba
opciones de atacar y replegar a su rival sin que el '10' avance dos palmos. En una de esas salidas a
paso de tortuga, un error de Gudelj dio pie a una contra en la que
Boyé se plantó ante Vaclik, que respondió con un buen pie. Antes, lo intentó el Papu con un disparo lejano desviado.
Lopetegui veía lo mismo que todos y tiró de triple cambio:
Jordán por Rakitic,
Acuña por Escudero y
Óliver Torres por Munir. La misión de los revulsivos era evidente. El Sevilla FC necesitaba ritmo, fluidez y profundidad; pero, como seguían sin aparecer, el técnico vasco
optó por arriesgar, dando entrada a
Suso por Navas, dejando todo el carril derecho a Ocampos en una especie de 1-3-3-2-1.
Y lo que encontró fue el gol del Elche.
Fidel explota precisamente un espacio abierto a la espalda del argentino, gana línea de fondo y la pone atrás para el remate a placer de
Raúl Guti (1-0). A falta de media hora, pintaba feo para el Sevilla FC... y más que se iba a poner. Falta lejanísima que el Elche manda al área, donde se impone el poderoso salto y potente cabezazo de
Guido Carrillo. Vaclik hace la
estatua (qué
desafortunada reaparición del checo en los dos últimos partidos) y cuando la quiere sacar ya es tarde. El VAR confirmó que el balón entró tras besar el poste izquierdo del meta sevillista.
La reacción se antojaba improbable con 1-0 y parecía quimérica con el segundo tanto del Elche. Más que nada porque no había atisbos de reacción.
No pisó área en toda la segunda mitad, más allá de un disparo desviado de
En-Nesyri (82'), quinto y último cambio de un Lopetegui que acabó con un 1-3-3-1-2 casi
sin inquietar a Badía. El meta del cuadro levantino no apareció
hasta el 86' cuando tuvo que estirarse para desviar un potente disparo desde la frontal de
Óliver tras el pase atrás de Suso.
Ni siquiera el
gol de De Jong -plástico remate en plancha tras
exquisito centro con rosca de Acuña-, en el primero de los cuatro minutos añadidos, dejó a un Sevilla acelerado en busca de limpiar su mancillado orgullo. Era lo mínimo que se esperaba.
Escribà volvió a bajar las pulsaciones con un doble cambio nada más encajar el 2-1 y los suyos supieron arañar segundo al reloj después de un par de escaramuzas inofensivas llevando el balón a las esquinas. Exactamente, haciendo lo que no hizo En-Nesyri en Barcelona. Tres derrotas seguidas. Pájara peligrosa.
- Ficha técnica:
2 - ELCHE CF: Edgar Badía; Barragán, Verdú, Calvo, Josema; Tete Morente (Josan 76'), Raúl Guti (Diego González 90+1'), Marcone (Mfulu 62'), Fidel; Lucas Boyé (Luismi 90+1') y Carrillo.
1- SEVILLA FC: Vaclik; Jesús Navas (Suso 68'), Sergi Gómez, Rekik, Escudero (Acuña 58'); Gudelj, Rakitic (Joan Jordán 58'); Munir (Óliver Torres 58'), Papu Gómez (En-Nesyri 76'), Ocampos; De Jong.
Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Madrileño). Amonestó a los locales Marcone, Lucas Boyé y Barragán.
Goles: 1-0 (71') Raúl Guti; 2-0 (78') Carrillo; 2-1 (90+1') De Jong.
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 26 de LaLiga, disputado en el estadio Martínez Valero de Elche a puerta cerrada.