La Copa del Rey es una competición en la que en sus primeras rondas suelen tener minutos los jugadores menos habituales de cada equipo, y que buscan tener una mayor presencia en liga. En el caso del
Cádiz Club de Fútbol, ha destacado en los dos encuentros del torneo copero la aportación de
Martín Calderón. El centrocampista asistió a Florin Andone en el único gol del cuadro gaditano en el
Carlos Belmonte ante el
Albacete BP, y en la ronda anterior ante el Villa de Fortuna en la antigua Nueva Condomina marcó un auténtico golazo de falta. Estas dos acciones en Copa, sumado al tanto marcado desde treinta metros en pretemporada ante el Burnley, evidencian el buen golpeo que tiene el jerezano.
Calderón no ha tenido mucho protagonismo esta temporada. Ha jugado cinco partidos en
liga, todos ellos arrancando desde el banquillo y suma un total de
56 minutos, mientras que en
Copa su participación llega a los
84 minutos en dos partidos, y solo como titular ante el Albacete BP. En los
140 minutos que ha jugado entre ambas competiciones
ha marcado un gol y ha dado dos asistencias, números muy buenos para un jugador con tan poco aportación.
El centrocampista jerezano demostró en el Carlos Belmonte ser
un futbolista diferente al resto de jugadores en plantilla, un jugador con un excelente golpeo de balón y que a balón parado, como se vio frente al Albacete, puede ser decisivo. Además, con el nuevo esquema usado por el técnico ante el Granada el pasado fin de semana, el 4-1-4-1, y que podría repetir ante el Real Madrid,
encajaría a la perfección en la posición de interior, con un jugador como Jens Jonsson o Álex Fernández por detrás, tendría más libertad para descolgarse y llegar a la frontal del área, zona del campo donde tiene una mayor influencia por su buen disparo desde media distancia.
Este domingo será un día especial para el jugador del Cádiz, ya que se enfrenta al equipo que lo vio crecer, ya que en el año 2013 llegó a la cantera del club merengue procedente del Sevilla FC. Ascendiendo desde las categorías inferiores se hizo un hueco en el Real Madrid Castilla y la pasada temporada se marchó cedido al Paços de Ferreira de Portugal en calidad de cedido y el pasado verano firmaba
un contrato para las próximas tres temporada con el equipo gaditano.