Lecomte, una víctima más del rendimiento de Oblak

El esloveno lo ha jugado todo durante toda esta temporada, como ya ha sucedido en tantas otras ocasiones

Lecomte, una víctima más del rendimiento de Oblak
Lecomte en un entrenamiento del Atlético de Madrid - Luisma Sánchez
Luisma SánchezLuisma Sánchez 3 min lectura
Casi siendo un desconocido Benjamin Lecomte llegó al Atlético de Madrid y parece que tras acabar su cesión seguirá siéndolo para los rojiblancos. El portero cedido por el Mónaco no ha disputado ni un solo minuto durante toda esta temporada y Oblak tampoco es que le haya dado ningún margen de demostración.

Nunca conoceremos cómo para el portero francés. En España no disputará ni un solo minuto, al menos con el Atlético de Madrid. El próximo enfrentamiento en el Reale Arena parece que tampoco se vaya a poner los guantes jugándose estar en la tercera plaza de la tabla de La Liga.

Lecomte llegó tras la cesión de Ivo Grbic al Lille, simplemente para ser el portero suplente de Oblak. Su dilatada carrera le abogaban como un portero con buena planta y de ciertas garantías. Sin embargo nunca se podrá saber lo que podría haber demostrado con la camiseta rojiblanca. Jan Oblak tampoco se lo ha puesto fácil debido a su gran rendimiento y su condición física, que no ha sufrido ninguna lesión.

El Cholo Simeone ni siquiera lo incluyó en el once en el primer partido de Copa frente al Rayo Majadahonda. En todas las posiciones hubo cambios, salvo en la portería. Por lo tanto, Benjamin Lecomte ha visto casi cincuenta partidos desde el banquillo, sin la necesidad de tan siquiera calentar un poco. Poco hay que reprocharle al francés, que ha estado apoyando al equipo bajo la sombra, sintiendo las alegrías y las penas del equipo.

No es la primera vez que el Cholo tiene a un portero en el banquillo sin disputar ni un solo minuto. De ahí los siete Zamoras que tiene en su haber el portero esloveno. El que probablemente será casi con toda certeza en mejor portero del campeonato esta temporada con el Sevilla FC, Bono, entrenó a diario junto a Courtois y a Aranzubia (más tarde con Oblak y Moyá) y no se puso nunca bajos palos de la portería del Vicente Calderón.

André Moreira, otro auténtico desconocido para la afición rojiblanca, estuvo cinco años en el banquillo del Atlético de Madrid, sin jugar ni un partido con los colchoneros. Pasó por numerables cesiones en Moreirense, Os Belenenses, Aston Villa y Feirense, donde estuvo entre idas y venidas sin acabar apenas una temporada con cada equipo.