La
crisis económica heredada de la pandemia del
coronavirus amenaza con hacer mella en el fútbol no ya una temporada, sino varias. Es posible que el público vuelva a los estadios, no masiva sino puntualmente, antes de que termine la
20/21, aunque casi nadie se atreve a pronosticar un acceso ilimitado el curso venidero, lo que, para clubes como el
Betis, dependientes en un gran porcentaje para sus presupuestos del
ticketing y sus
abonados (se habla de
pérdidas hasta ahora de más de
seis millones de euros), podría ser letal. Es por ello que la austeridad se va a imponer, como poco, en tres ventanas de
transferencias: la estival-otoñal pasada, la inminente de enero y la del verano que viene.
En este sentido, con el añadido de que en Heliópolis habrán de reducir forzosamente su
masa salarial con ventas y/o eliminando sueldos altos para cumplir con las exigencias de
LaLiga, se trabaja en la planta noble del
Benito Villamarín con vistas a asegurarse el máximo posible de refuerzos a
coste cero también para la
21/22. Antonio
Cordón, si los movimientos accionariales no conducen a la llegada al poder de los opositores con
Serra Ferrer bajo el brazo, será el encargado de capitanear la planificación del nuevo proyecto, repitiendo la fórmula por la que se reclutó al cedido
Miranda y a los agentes libres
Bravo, Montoya y Víctor Ruiz.
Como ya se ha reflejado en este medio, el alto ejecutivo extremeño
ha contactado con Rui Silva, sin olvidar la opción de Dmitrovic, para que potencien la portería del Betis el ejercicio próximo, habida cuenta de que ambos acaban contrato en poco más de seis meses. En esta línea,
se aprovecha la negociación con Wasserman para renovar a Mandi con el fin de convencer a otro central, el zurdo Luis Abram, que se encuentra en la mista tesitura que el portugués, el serbio y el franco-argelino, por lo que todos serían, de llegar a otros equipos, fichajes sin desembolso reseñable.
El último en sumarse a la lista, según Onda Cero Sevilla, sería
Jota Peleteiro (29), polivalente mediapunta del
Alavés que sólo firmó una campaña en Vitoria, después de desvincularse a un día del 'deadline' de octubre pasado de un
Aston Villa que había pagado por él
4,5 millones de euros apenas un año antes. Acostado en las bandas en el 1-4-4-2 que utiliza ahora
Pablo Machín, el gallego ya conoce, a través de sus agentes, el interés del Betis, así como el de
Atalanta,
Brighton y
Valladolid. Aquí, podría cubrir una hopotética marcha de
Canales o Fekir o, simplemente, mejorar las prestaciones creativas del medio campo verdiblanco, tan necesitadas de alternativas.