Míchel es un símbolo del rayismo. Es de Vallecas, se crió en el barrio, fue quemando etapas dentro del club como jugador hasta vestir la camiseta del primer equipo en 425 partidos, acudió al rescate como entrenador cuando la caída libre hacía Segunda B era una realidad y lo devolvió a Primera.
Esta temporada no está siendo la esperada por los resultados y en cualquier otro club cuando los resultados no se dan el primero en caer siempre es el entrenador. En Vallecas no. Míchel lo sabe y quizá por ello su implicación con el club es total.
"Yo me siento fuerte y me siento capacitado. Creo que soy el mejor para sacar esto adelante. Los resultados marcan el devenir de un entrenador, pero a veces lo natural no forma parte de esto y en Vallecas somos diferentes", confesó antes del partido frente al Barcelona.
Su carácter y dedicación le hacen gozar de la confianza de la plantilla, aún en los momentos malos, y ese es uno de los puntos a su favor. Todos saben lo que Míchel quiere al escudo del Rayo y el mercado no ofrece grandes oportunidades ni garantías de que cambiando de técnico se revertirá la situación.
El portugués Bebé, al término del partido con el Barcelona, dejó patente su opinión: "Nosotros estamos todos juntos y ese es nuestro camino. Si empezamos a caminar cada uno por su camino estamos en Segunda. El camino es que demostramos que estamos vivos y vamos a sacar los resultados que nos quedan por delante".
Otro de los futbolistas, el delantero Raúl de Tomás, dijo que la solución pasa por "estar unidos y remar", algo que tienen interiorizado todos los jugadores, que saben que "quedan once finales" por la salvación.
La afición, en Vallecas importante por su grado de implicación con el club, también está con Míchel. Se lo demuestran partido a partido y recuerdan que es un hombre de la casa y siempre está dispuesto para lo que necesite el club.
Esta temporada, en la primera vuelta, tras el partido frente al Getafe, la afición le demostró su cariño. Un portavoz, con el altavoz en la mano, lo dejó claro: "Esta grada está sobre todo con Míchel para demostrarle que este es su barrio, donde ha crecido, que esta es su gente y no le vamos a abandonar nunca. Contigo siempre".
Pese a estar en descenso, el Rayo no está descolgado de los equipos que marcan la salvación. La próxima jornada, el partido frente al Villarreal, es vital. Parte de las opciones de permanencia se dirimirán en ese choque, en el que Míchel espera seguir en el banquillo.