Michel Platini, ex presidente de la UEFA y leyenda del fútbol francés, ha reconocido una triquiñuela llevado a cabo en el Mundial que organizó su país en el año 1998.
Según ha confesado Platini, la organización quería una final entre Francia y Brasil, para que eso se pudiera conseguir estos no se podían cruzar antes, por lo que amañaron el sorteo para que quedaran encuadrados en el grupo A y C y solo pudieran verse las caras en la final.
La confesión de Platini lleva ahora a plantearse si esto es una práctica habitual en las competiciones más importantes y habrá que ver si aparecen nuevos testimonios relacionados con el tema.