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"Los Juegos nos deben una al judo. Ya son demasiados quintos puestos", señaló la alicantina Ana Pérez Box, que se colgó la medalla de plata en la categoría de hasta 52 kilos en los Mundiales disputados a comienzos del pasado mes de junio en Budapest.
Una cita en la que los representantes españoles lograron un total de cuatro metales -un oro, una plata y un bronce-, más que en ninguna anterior edición y que han disparado las esperanzas de podio en la capital japonesa.
Empezando por Nikoloz Sherazadishvili, indiscutible número uno mundial de la categoría de 90 kilos y que tratará de hacer historia en Tokio convirtiéndose en el primer judoca masculino español en proclamarse campeón olímpico.
Un reto que no parece intimidar a Niko Shera, georgiano de nacimiento, pero que reside desde los 13 años en España, donde se ha formado como judoca y que ya en 2018 se hizo un hueco en los libros de historia al convertirse en el primer representante masculino español en subir a lo más alto del podio en un Mundial.
Título que Sherazadishvili, de 25 años, refrendó el pasado mes de junio en Budapest, tras coronarse por segunda vez campeón del mundo en la categoría de hasta 90 kilos.
Sin embargo, no será nada sencillo el camino hacia el oro del pupilo de Quino Ruiz, dada la igualdad reinante en una categoría que se presente como una de las más reñidas del programa olímpico.
El neerlandés Noel van T End, campeón del mundo en 2019, el serbio Nemanja Majdov, oro en los Mundiales de 2017, el joven georgiano Lasha Bekauri, vigente campeón de Europa, o el ruso Mikhail Igolnikov, doble campeón continental y una de las "bestias negras" de Niko Shera, intentarán hacer fracasar al español.
Todo un desafío para el judoca de Brunete (Madrid) que quiere hacer sonar el himno español en el legendario Nippon Budokan de la capital japonesa.
Sin embargo, Sherazadishvili no será la única opción de medalla del equipo español, que cuenta con cinco de sus siete integrantes firmemente instalados en los diez primeros puestos de la clasificación mundial en sus respectivas categorías.
Fran Garrigós, otro producto de la "factoría" de Quino Ruiz, afronta la cita olímpica como cuarto cabeza de serie en la categoría de hasta 60 kilos, en la que el madrileño se ha proclamado este año campeón de Europa además de colgarse el bronce en los pasados Mundiales de Budapest.
Un puesto más atrás, como quintas cabezas de serie, llegan a Tokio la alicantina Ana Pérez Box, vigente subcampeona del mundo de los 52 kilos, y la cordobesa Julia Figueroa, bronce en el Campeonato del Mundo de Budapest en los 48 kilos.
Completa la nómina de "top ten" el vallisoletano Alberto Gaitero, bronce en los Europeos disputados en abril en Lisboa, y que partirá como séptimo cabeza de serie en la categoría de hasta 66 kilos.
Más difícil tendrán el camino hacia el podio la emeritense Cristina Cabaña en los 63 kilos, así como la veterana María Bernabéu en la categoría de hasta 70 kilos, que no partirán entre los cabezas de serie.
Una circunstancia a la que Bernabéu, doble medallista mundial y que ya se quedó a las puertas del podio en los Juegos de Río, en los que fue quinta, tratará de dar la vuelta gracias a su experiencia.
Con estos mimbres España intentará subir a un podio olímpico que se le resiste desde los Juegos de Sídney 2000, en los que Isabel Fernández se colgó el oro en la categoría de hasta 57 kilos.
Última de las seis preseas olímpicas -tres oros, una plata y dos bronces- logradas por el judo español, que confía en que los Sherazadishvili, Figueroa, Garrigós o Pérez Box pongan fin a tan larga espera.
Javier Villanueva