"La moto es muy bonita, creo que hemos dado un gran paso en términos de diseño. Habrá que intentar ser más agresivos en pista, acorde con la nueva decoración más agresiva, y llevarla a las primeras posiciones", señalaba el piloto de Pramac Ducati, Jorge Martín, este pasado miércoles en Bahrein, donde presentó la nueva Desmosedici GP24 apenas una semana antes de que arranque el Mundial de MotoGP 2024 con el Gran Premio de Qatar.
El piloto madrileño estaba contento con el "gran paso" que había "dado la moto 2024", aunque no dijo nada de los problemas que tuvo el último día de test, que sólo le afectaron a su moto entre todas las Ducati y que le hicieron estallar y pedir un arreglo de cara a la primera carrera.
De momento, Martín prefiere dar tiempo a su marca y espera poder pelear por el Mundial desde el principio y no cometer los errores del pasado, que le obligaron a remontar la desventaja que tenía con Pecco Bagnaia y que, a la postre, fue clave para que perdiera el Mundial. "Desde el principio tengo que empezar fuerte, que es en lo que fallé el año pasado y que me obligó luego a recuperar tantos puntos. Estoy centrado, me encontré muy bien en los test y si empiezo la temporada como acabé la última todo irá rodado. Y si no, habrá que adaptarse a la situación. No sabemos que va a pasar. Lo veremos mejor en Qatar", afirmaba el madrileño.
Hasta ahí todo bien. Las nuevas Ducati, por medio de Bagnaia y Bastianini sobre todo, demostraron que vuelven a ser las mejores máquinas en este arranque de temporada y Jorge Martín, por consiguiente, debería estar peleando por el triunfo desde la primera carrera.
Otra cosa es el futuro. Y ahí, las noticias no son nada halagüeñas para él. Al menos su futuro en Ducati. La marca italiana está ultimando la renovación de Pecco Bagnaia, como ha reconocido tanto Ducati como el propio piloto italiano. Y esta misma semana se ha confirmado el fichaje de Fermín Aldeguer para suplir a Jorge Martín en 2023.
En Pramac no tendrá sitio, aunque él también había dejado claro que este iba a ser su último año en este equipo. Y por la plaza que queda libre en el equipo de fábrica hay muchos aspirantes, empezando por el propio Bastianini, que quiere defender su posición, por Jorge Martín y hasta un Marc Márquez que, si logra adaptarse a su nueva montura, estará en las quinielas del equipo italiano para 2025.
Martín ya ha avisado muchas veces. Su jefe, Paolo Campinoti, también. Y ahora vuelve a dejar caer una advertencia antes del inicio del Mundial. “Si aún no he mostrado mi potencial para estar en Lenovo -equipo oficial-, nunca estaré de rojo. La temporada pasada hicimos historia en un equipo satélite. Fue un trabajo sobresaliente. El objetivo era estar entre los tres primeros e hicimos mucho más que eso”, advierte Martín en referencia a que peleó por el título hasta la última carrera.
Ante la perspectiva que se le presenta, no quiere pensar más allá que correr y demostrar en la pista que se merece ese mono rojo que le negaron el pasado año. "Es un tema que yo no controlo y no depende de mí. Yo me centro en lo mío que es pilotar", apela un Jorge Martín que manda un último aviso: "Tengo claras mis prioridades y estoy tranquilo, voy a por esas prioridades y, si no funcionan, ya veremos qué hacer". Esas son ganar el Mundial, derrotar a las Ducati de fábrica y obligar a este equipo a darle un puesto junto a Bagnaia.