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"El Diablo" alcanza la gloria, Gardner y Acosta se acercan a ella

"El Diablo" alcanza la gloria, Gardner y Acosta se acercan a ella
"El Diablo" alcanza la gloria, Gardner y Acosta se acercan a ella
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 5 min lectura

Misano Adriático (Italia), 25 oct (EFE).- El francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1) alcanzó la gloria en el Gran Premio de la Emilia Romaña de MotoGP al convertirse en el primer campeón del mundo francés de la historia en la categoría reina, en un escenario en el que el español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) ganó y demostró que se encuentra muy cerca de volver a ser el de siempre.

Además, en el circuito "Marco Simoncelli" de Misano Adriático, el australiano Remy Gardner (Kalex) dio un paso casi decisivo camino del título mundial de Moto2, a pesar de ser séptimo, al ver como su compañero de equipo, el español Raúl Fernández y el italiano Marco Bezzecchi (Kalex), los únicos que tenían matemáticamente opciones al título, se iban por los suelos.

Y en Moto3, el español Pedro Acosta (KTM) tuvo que conformarse con la tercera posición y con ver como el italiano Dennis Foggia (Honda) le seguía recortando distancias en el campeonato al vencer nuevamente, pero los 21 puntos que aún conserva de ventaja le podrían permitir lograr el título matemáticamente en la siguiente cita de Portimao (Portugal).

Pero el centro de atención debe ser para el nuevo campeón del mundo de MotoGP, Fabio Quartararo, que llegó con la "calculadora" en la mano a Italia, tanto en entrenamientos, que acabó en decimoquinta posición, como en carrera, que se tomó con mucha calma para ver cómo se iban desarrollando los acontecimientos y estos, al final, le acabaron dando la razón y el título mundial.

El italiano Francesco "Pecco" Bagnaia (Ducati Desmosedici GP21) era el único que podía amargar su objetivo, y lo cierto es que iba camino de lograrlo si no fuese porque tras el rebufo de su moto se colocó un Marc Márquez que demostró encontrarse muchísimo más cerca de su mejor estado de forma, pues en un circuito que no es muy de su agrado, aunque haya ganado ya en cuatro ocasiones en MotoGP y dos más en otras categorías.

Bagnaia dominó los entrenamientos y pareció que iba a hacer lo propio en la carrera, pero quizás la presión a la que le sometió el piloto de Repsol o la propia de la situación que atravesaba, le llevó a cometer un error que acabó con él por los suelos y con ello Márquez se hizo con la victoria y Quartararo con el título de campeón del mundo. Objetivo cumplido para ambos.

Digna de resaltar es también la carrera que protagonizó Pol Espargaró, quien consiguió su primer podio como piloto de Repsol Honda con una sólida y firme actuación que le llevó hasta la segunda posición en solitario y sin ni un solo error.

Otra mención positiva se merece Maverick Viñales, quien tras su regreso a la competición después del fallecimiento de su primo Dean Berta Viñales, consiguió acabar octavo al manillar de su nueva Aprilia RS-GP y no es ese el mejor detalle del piloto de Roses.

Durante muchas vueltas Viñales consiguió rodar al mismo ritmo que los pilotos de cabeza de carrera, el dato más importante para saber que no ha llegado al equipo del fabricante de Noale para ser un mero "comparsa", sino para luchar, como él dijo, por el título mundial lo antes posible.

Si se podría decir que Bagnaia falló en su cometido en MotoGP, lo mismo sucedió con Raúl Fernández en Moto2, pues el madrileño llegó hasta el liderato de la carrera tras una bonita pelea con el británico Sam Lowes, pero un error le hizo rodar por los suelos y, al dejar su casillero inédito, ha permitido que la séptima posición de Remy Gardner valga ya medio título mundial, pues el australiano se va a Portugal con 18 puntos de ventaja en lugar de a los nueve con que llegó a Misano Adriático.

Pedro Acosta, aunque tercero, con su rival más directo como vencedor, el italiano Dennis Foggia, continúa teniendo muchas opciones de llevarse el título en la siguiente cita del campeonato merced a la amplia ventaja que consiguió en la primera parte de la temporada, aunque no se puede permitir ni el más leve descanso o error hasta el final del año.

Juan Antonio Lladós