Max Verstappen sigue concentrado en su camino y no presta atención a las polémicas que le rodean. El piloto neerlandés mantuvo su calma en Austin a pesar de los abucheos de la afición mexicana y latina, que se hicieron oír cuando estaba en lo más alto del podio tras ganar el Gran Premio de Estados Unidos.
Cuando anunciaron a Verstappen como el campeón, varios seguidores lo abuchearon y corearon "Checo, Checo" mientras recibía su trofeo de vencedor. Es habitual que en esta cita, que está cerca de la frontera con México y cuenta con una gran población de residentes mexicanos, los aficionados mexicanos se hagan notar.
Una carrera que vivió varios acontecimientos y que no se resolvió hasta el final la clasificación definitiva. La organización de la carrera decidió descalificar a Lewis Hamilton (Mercedes) y Charles Leclerc (Ferrari) una vez acabado el Gran Premio. Y todo por irregularidades en los bajos de los monoplazas. El inglés perdió la segunda plaza y el de Mónaco la sexta, por lo que se produjeron cambios en la clasificación definitiva de la prueba. El español Carlos Sainz (Ferrari), que acabó cuarto fue finalmente tercero. Logró así su tercer podio de la temporada.
Después de la carrera, Verstappen fue cuestionado sobre los abucheos en una entrevista con Viaplay, la cadena que tiene los derechos de la Fórmula 1 en los Países Bajos. Al ser preguntado si le molestaban los abucheos, respondió con determinación: "No. Al final, soy yo quien se lleva el trofeo a casa", con una amplia sonrisa en el rostro.
Sin embargo, esta situación palidece en comparación con lo que le espera en el Circuito Hermanos Rodríguez, en México. Allí, ha habido una temporada tumultuosa, con declaraciones polémicas de Helmut Marko, asesor de la escudería austriaca, que no fueron bien recibidas. Sergio "Checo" Pérez, compañero de Max Verstappen, se ha enfrentado críticas a nivel internacional por su rendimiento, pero en México se le defiende fervientemente.
En la misma entrevista, el periodista le planteó a Verstappen qué ocurriría si los abucheos fueran aún más intensos y ganara la próxima semana en México. Max Verstappen respondió de manera clara una vez más: "Entonces, me llevaré el trofeo a casa de nuevo. Estará bien así", entre risas.
Es evidente que el ya tricampeón del mundo tiene un solo objetivo en mente: volver a triunfar en México y no tiene intención de ceder terreno, ni siquiera en casa de Checo Pérez.