La locura en la que se ha convertido el inicio del Gran Premio de Las Vegas tuvo su culminación en unos segundos entrenamientos libres que llegaron casi tres horas después del horario previsto y tuvieron una duración más larga -90 minutos- de la habitual.
Antes ya se había vivido una situación esperpéntica. Primero, con la colisión del Ferrari de Carlos Sainz contra una alcantarilla que no estaba bien sellada y se había salido. Eso le rompió varias piezas al coche del español y obligó a cambiar. Y eso provocó, a su vez, el segundo bochorno de la mañana, cuando se supo que, por ser una de esas piezas la batería, que es una parte de la unidad de potencia, Sainz recibiría una sanción y retrocedería diez puestos en la parrilla de salida.
Eso, presumiblemente, le impedirá lucha por la victoria, porque los Ferrari han comenzado en esta primera jornada como un tiro. De hecho, son los más rápidos en el circuito urbano y ambos han comandado los segundos Libres y los únicos que se han podido disputar.
Charles Leclerc acabó primero y mostró sus cartas para alcanzar la 'pole' en el Gran Premio de Las Vegas y Carlos Sainz acabó justo detrás de él, aunque si ésta fuera la parrilla de salida, acabaría saliendo el duodécimo.
La mejor noticia para el automovilismo español, que despierta las ilusiones de los españoles es que Fernando Alonso acabó en tercera posición a sólo 528 milésimas de Leclerc. El mexicano ‘Checo’ Pérez fue cuarto y su compañero en Red Bull, el neerlandés Max Verstappen, líder absoluto del Mundial de Fórmula 1, finalizó sexto, a casi un segundo (918 milésimas) del líder.
Bottas es, sorprendentemente, quinto provisional; Hamilton, noveno; y los McLaren, que fueron los últimos en salir a pista, de momento no se encuentran en posiciones cabeceras, ya que Lando Norris acabó undécimo y Piastri, decimocuarto.
Esta segunda sesión no tuvo contratiempos más allá de salidas de pista de Verstappen o Alonso y algún que otro bloqueo de neumático en la frenada cuando trataban, con neumáticos blandos, hacer un buen tiempo en el tramo final.
El Aston Martin demostró que la inercia lograda en Brasil sigue vigente y que hay coche para pelear en la zona alta de la parrilla. Al tercer puesto de Alonso hubo que sumar el octavo de Stroll, por lo que ambos acabaron por delante de los McLaren, con los que pelean por el cuarto puesto en el Mundial de Constructores.