Partido a partido, como diría Simeone. Carlos Sainz padre ha decidido afrontar un nuevo reto este año en el Rally Dakar, firmando con un nuevo equipo, el que forman de manera conjunta Ford y M-Sport. El contrato que todas las partes firmaron mantienen su vinculación hasta 2026, pero el cuádruple campeón del Touareg no lo ha podido decir ni más alto ni más claro. De momento, va a competir esta temporada. Y, luego, ya se verá.
Y es que, a sus 62 años, quiere seguir haciendo historia, pero no agobiarse con objetivos ni acuerdos más allá del corto plazo. Y no porque dude de sus nuevos socios, sino porque será su cuerpo el que invite a continuar o no.
Al menos, así lo ha recalcado en su charla mediática con Motorsport.com: "Dependiendo de las respuestas que tenga cuando me mire en el espejo, estaré un año más, voy a disfrutar, a darlo todo, a pasármelo bien, voy a estar en este Dakar. Tengo contrato para el 2026, pero no quiere decir que vaya a estar seguro".
En este mismo sentido, Carlos Sainz afirma sentirse muy activo todavía: "La motivación es fundamental, y el cronómetro no engaña. Tienes motivación, pero si no eres rápido, hay un momento en el que al cronómetro le da igual si tienes 20, 25, 50 o 62 años, eso es lo que cuenta. También debes compararte con tus compañeros, porque a veces no tienes el mejor coche, pero por motivación no será".
Asimismo, la clave de sus éxitos a su edad sólo es una: "La pasión tiene que ser la pastilla mágica que debe existir en la cabeza para poder seguir haciéndolo. Tengo claro que cada año cuesta más, debes entrenar más, y con más edad, es más duro, todo se complica un poco más, entonces hay un momento que con la edad imagino que vas perdieron cualidades, de visión, reflejos, porque nadie es sobrenatural, por eso digo que hay que ir partido a partido".
Sobre su preparación para este nuevo reto, Sainz subraya que no variará nada: "No voy a cambiar mi forma de preparar el Rally Dakar, pero he entrenado más, porque sabía lo que hacía cuando tenía 50 años, y sé lo que hago con 62, y habrá un momento en el que aunque entrene lo suficiente, vaya más lento, lo que manda es el cronómetro, que es la prueba del algodón, no entiende de DNI, se enciende y da un número. Eso es lo que hay, y también está lo que sufras, porque se sufre, pero prefiero sufrir en casa que en el Rally Dakar. En casa, un día no estás motivado en la bicicleta, y me ha pasado, y te bajas, no haces los deberes ese momento, pero en la competición no puedes, entonces prefiero eso".
Por último, el madrileño ha confesado el reto que se ha marcado en su casa. Y pese a que le hizo una promesa a su esposa, lo ha contado: "Me he prometido, porque mi mujer me regañó, que no voy a hablar de ello, pero tened claro que quiero ser el primer abuelo en ganar el Rally Dakar".