Gerard Piqué es un símbolo del
Fútbol Club Barcelona, un jugador que siente el club, criado en La Masia y que defiende su escudo allá por donde va. A
Piqué o 'le odias' o 'le amas', pero no deja indiferente a nadie, algo que el central aprovecha para defender sus intereses, aunque a veces esto se vuelva en su contra.
Anoche en el rebautizado Estadio de La Cerámica,
Piqué volvió a levantar la polémica tras un partido, centrando él toda la atención y dejando a un lado el tropiezo del
Barcelona, que cada vez tiene más lejos al Real Madrid en
LaLiga.
El central azulgrana, una vez concluido el encuentro, se volvió contra el palco y recriminó, supuestamente a Tebas, la actuación arbitral, haciendo ver a todos un supuesto complot para que el Barça no gane partidos.
No es la primera vez que Piqué critica en público a los árbitros, ni que se encara con algún mandamás o una persona relevante del mundo del
fútbol. El jugador, que siempre ha dicho que quiere ser presidente del
Barça, consiguió que todo el mundo hablara de su acción tras el partido y se dejara de lado que los culé se dejaron dos puntos que les pone la liga muy difícil. De hecho, Luis Enrique, Busquets, o el vicepresidente del
Barcelona no quisieron hablar del tema arbitral y dijeron que "hay que ayudar a los árbitros", a la vez que defendían que estos también "se pueden equivocar". Un discurso totalmente distinto al de Piqué.
Y es que
Gerard Piqué se ha convertido en el
José Mourinho del
Barça, esa persona que dice públicamente lo políticamente incorrecto y al que veneran los más fieles seguidores de su club. El defensor de las causas injustas, aunque éstas sean una invención propia, porque, igual que cuando se quejaba Mourinho, ¿qué derecho tienen Barça y Madrid a quejarse de los árbitros?. A lo largo de la historia, ellos han sido los dos equipos a los que más han favorecido, ya que, en caso de duda, la balanza siempre se posiciona del lado del 'grande'. Lo que le importa a
Piqué de su gesto de ayer es lo que ha conseguido con el, la repercusión que ha tenido. Podría haber hablado con Tebas o con quien fuera una vez concluido el partido, pero entonces nadie lo habría visto y no se hablaría de esto. Porque Piqué ya está ejerciendo de presidente del
Barça, con un estilo muy de
Joan Gaspart, siendo protagonista y llamando mucho la atención, pero todo lo que hace, le salga bien o mal, guste o no, es por el bien del club, aunque vaya en perjuicio suyo.