La suerte hay que buscarla y eso es lo que siempre hace
Sergio Ramos. Ayer, ante el
Deportivo, el camero lo volvió hacer. Otra vez salvó a su equipo en el descuento con un gol de cabeza. Y es que
Sergio Ramos es capaz de contrarrestar todo lo malo que ha hecho en 90 minutos en los tres de añadido. No es casualidad que el central sevillano sea el futbolista más expulsado de la historia del
Real Madrid, como tampoco lo es que lleve 63 goles con los blancos, 45 de ellos de cabeza, ni que sea el defensa más goleador de lo que va de liga.
"¿Suerte? Es casualidad. Cuando uno lucha con fe las cosas se dan... Es mi mentalidad y las ganas de seguir mejorando. Espero tener un palmarés envidiable y ponérselo difícil al que venga detrás", decía ayer
Ramos tras volver a obrar el milagro en el
Bernabéu. El andaluz ha vuelto la épica una costumbre y eso no es casualidad.
Sin duda hubo un momento que cambio la historia de
Ramos y del
Real Madrid, la final de
Lisboa. Allí fue donde el central de Camas forjó su leyenda. Nunca antes había marcado un tanto en la prolongación de un partido. Desde la primera final ante el Atleti,
Ramos suma cuatro goles épicos, todos ellos decisivos para su equipo.
El aura que emana el andaluz en los saques de esquina que se producen en el alargue de los partidos es extraordinario. Ayer el Bernabéu pareció un estadio de la Premier cuando los locales forzaron el córner en el 93'. Los rivales saben que el peligro es
Ramos, pero nadie acierta a marcarle y él siempre aparece. Su mera presencia en el área desestabiliza a porteros y defensas. Hasta los comentaristas de televisión preveían el gol del central sevillano minutos antes de que se produjera.
Algo muy parecido ocurre con
Diego Alves, quien impone más nerviosismo desde los once metros que ningún otro portero. ¿También es suerte lo del brasileño?, yo creo no. Que Alves haya parado casi el 50% de los penaltis que le han tirado no es ninguna casualidad.
La suerte en el fútbol como en la vida es fundamental, pero hay quienes tienen un don para encontrarla.
Sergio Ramos es uno de ellos.