Villar sigue en el poder otros cuatro años.
¿Villar otra vez? Sí, otra vez. El año que viene cumplirá tres décadas al frente de la
Federación Española. Todo sigue igual. Que no se mueva un varal. Todo cambia, todo evoluciona, pero las transformaciones no llegan al fútbol español. A
Javier Tebas, presidente de la
Liga de Fútbol Profesional, se le llena la boca hablando de la mejor Liga del mundo. Pero la realidad nos muestra un torneo sólo al alcance de dos equipos ricos, inaccesible a la clase media, con una clase baja hundida en unos números lamentables -ni los 40 puntos para salvar la categoría- y cada vez más previsible en sus resultados: 3 partidos ha perdido el Madrid y 4 el Barça.
Nos quieren vender, y se quiere exportar televisivamente para ingresar millones de euros, un producto con pocos alicientes, con horarios que dañan a los aficionados y, lo que es peor, con un pestilente olor a adulterado en el campo y en los despachos. Si, además,
Tebas asegura que "en Segunda B y en Tercera hay partidos amañados todos los fines de semana"... ¿qué semilla se está sembrando?
Cinco años después, el
Madrid gana una
Liga en
la que urgen tomar medidas severas, poner el
VAR al servicio de la limpieza del arbitraje, para alejarla de fundadas sospechas. Y exigir algo que hoy parece imposible: que la justicia deportiva sea igual para todos. Que una agresión de
Cristiano o
Ramos implique el mismo castigo que si la comete cualquier otro y que un insulto en el Sánchez Pizjuán tenga las mismas consecuencias que en el Calderón.
El
Celta-Madrid aplazado y la última jornada nos han mostrado el retrato una competición manchada por escandalosos errores arbitrales y, lo que es más grave, por presuntas actitudes deshonrosas de jugadores que no parecían dispuestos a competir para ganar. La amarilla a
Aspas -acarreó expulsión- en el penalti de
Ramos, y el perdón a
Cristiano -era su quinta amarilla y no habría jugado en Málaga- por simular una caída dentro del área, nos mostró en dos minutos el repetido guion de la temporada.
Tan grave es lo ocurrido en
Balaídos, como el inexistente penalti que 'comete el césped' del Nou Camp a
Jordi Alba frente al Eibar, o el vídeo que circula por las redes sociales señalando las facilidades que dio el Málaga en defensa en un partido que nadie va a investigar. Siguen mandando los mismos y, para colmo, andan enfrentados a la hora de poner la tecnología al servicio del fútbol.
Tebas quiere,
Villar no, implantar un sistema que reduciría el número de suspicaces errores humanos. Un pulso inútil en el poder que genera inmovilismo y mantiene dudas en una Liga cargada de privilegios y desigualdad.