El guardameta del Villarreal que sueña con jugar en San Mamés

El cancerbero del conjunto amarillo se ha asentado ya en Primera División y ya tiene entre ceja y ceja su próximo escaparate en el que poder lucirse

El guardameta del Villarreal que sueña con jugar en San Mamés
Jorgensen, durante un calentamiento con el Villarreal. - Cordon Press
Alberto GálvezAlberto Gálvez 4 min lectura

Al guardameta Filip Jorgensen siempre le han gustado los retos. Menos el de abandonar Suecia con su familia la primera vez, pero rápido se acopló a Mallorca y allí se quedó prendado del fútbol español. Sobre todo, porque existía la figura del entrenador de porteros en los equipos.

Ahora, en el Villarreal ya se ha hecho con un nombre propio en Primera División pese a los 22 años que luce en su carnet de identidad. El de Lomma ha concedido una entrevista al diario AS y en ella ha contado una serie de secretos personales que hasta ahora se desconocían de él.

Cuestionado por cuándo comenzó su idilio con los guantes, el cancerbero del conjunto castellonense ha confesado que lo probó casi todo antes de decantarse por el deporte rey: "Hice tenis, natación, balonmano, baloncesto, hockey sobre hielo, golf, parkour… La verdad es que hice muchas cosas, creo que no es muy habitual que un niño haga tantos deportes, pero yo era un apasionado".

Y pese a sus evidentes dotes como porteros, Jorgensen comenzó en una demarcación totalmente diferente: "Lo curioso es que en el fútbol comencé de delantero, pero un día nuestro portero se lesionó, y como era de los más grandes, decidieron que me pusiera yo. Y como también me motivaba, decidí ponerme yo. Por un tiempo seguí compaginando en varias posiciones, jugaba algunos partidos de portero y otros de delantero. Con los mayores jugaba de portero y con los de mi edad de delantero. Poder hacer esto creo que me ha ayudado a tener mejores pies".

Su aterrizaje en España no fue fácil para él, pero luego no se quiso marchar: "Mis padres quisieron regresar al año, estaba preparado así. Volví tras un año, pero mi sensación era que en Suecia no tenía lo que tenía en Mallorca. Por ello, le dije a mis padres que quería volver. Me había llamado el Mallorca para fichar por ellos y fue vital que mi madre decidiera quedarse conmigo en Mallorca para que yo pudiera ser portero. Fue un año duro para ella, al estar lejos de parte de su familia, de su marido y sus otros dos hijos".

Y pese a tener que aguantar la presión de sus inicios en el Villarreal, ahora se siente con la confianza de cuerpo técnico, directiva y, sobre todo, de la grada: "Soy exigente y duro conmigo mismo, eso antes me perjudicaba en mi confianza. Pero he trabajado mucho con gente externa, que la verdad me ha ayudado mucho para poder afrontar psicológicamente todos estos retos. Ahora estoy mucho más tranquilo y confiado en lo que puedo hacer y en lo que soy. Siempre estaré agradecido a Fernando Roig, a su hijo, a Tena y a todos lo que apostaron para mí. Hacer esa apuesta por mí en un club como el Villarreal, mirando además toda la crítica que había y todas las dudas, para mí es algo muy valiente".

Por último, ha subrayado que le hace especial ilusión la cita que tiene este fin de semana, con la que ya sueña estos días previos: "Me motiva ir al campo de Athletic, lo he visto desde fuera y la verdad es que el ambiente y todo lo que tiene alrededor impresiona". Y más le impresionará cuando vea a San Mamés recibir a su equipo, recientemente proclamado campeón de la Copa del Rey cuarenta años después.