A sus 33 años, André Carrillo sigue en activo en Arabia Saudí, donde aterrizó hace ya seis años, en 2018, para fichar por el Al-Hilal. El conjunto más laureado de la pujante Saudi Pro League acabó pagando al Benfica 13,5 millones de euros en total, primero por una cesión y luego por su traspaso definitivo, bajando un escalón el curso pasado para firmar por el Al-Qadisiyah, con el que ha logrado el ascenso a la máxima categoría del país árabe.
Pero antes de echar raíces en Oriente Medio, el internacional peruano, toda en una institución en su país, también fue un centrocampista codiciado en el fútbol europeo. Tras desembarcar muy joven en el Sporting de Portugal, sus actuaciones con el club luso llamaron la atención de varios conjuntos, entre el Sevilla FC.
Con Monchi al frente de la planificación y Unai Emery en el banquillo, el club de Nervión intentó adelantarse a la competencia y firmarlo en el mercado invernal de la 15/16, seis meses antes de que acabase su contrato. Finalmente, ese verano acabo fichando como agente libre por el Benfica, donde lo le fueron tan bien las cosas, siendo cedido al curso siguiente al Watford, paso previo a su aterrizaje en el fútbol árabe.
Ahora, años después, Carrillo ha echado la vista atrás y ha reconocido que tuvo sobre la mesa una oferta concreta del conjunto hipslanese. "Llegó un momento en el que había que decidir. Cuando estaba en el Sporting, en un momento en el que estaba libre, tenía tres ofertas claras: el Sevilla; luego fui a ver un partido de la Juventus y me invitaron; además estaban West Ham y Atlético de Madrid", ha confesado en Fuera del Sistema.
Con todo, el mayor interés procedía de LaLiga, pero apostó por seguir en el país vecino, en una decisión que muchos no entienden, aunque él justifica. "Realmente solo eran los del Sevilla y el Atlético de Madrid. El resto fueron palabras, que me querían, que me iban a llevar, pero nunca se concretó nada. A veces los números no tenían sentido, siempre intentas ganar más, otros clubes mejores. Por eso elegí el Benfica. Era un país donde jugaba, vivía en la misma ciudad, me conocían. Iban a esperar para volver a estar en forma, porque yo llevaba un año fuera del Sporting. Los otros números no me convencieron, los demás no me hicieron ninguna propuesta", explicó.
Curiosamente, el jugador limeño juega ahora a las órdenes de un ex sevillista como Míchel y podría tener como nuevo compañero a Youssef En-Nesyri, que se debate entre esperar a que aparezca alguna oferta de una ligar de mayor nivel europeo o aceptar alguna de las propuestas que tiene de Fenerbahçe y Al-Qadsiah.