El Club Deportivo Arenteiro es un equipo modesto del fútbol español, de la localidad orensana de O Carballiño, al que la fortuna ha querido cruzar con la UD Almería en la primera eliminatoria de la Copa del Rey 22/23.
Este pasado lunes era el 'gran sorteo de Navidad' para muchos equipos pequeños y el que representa a esta localidad de casi 14.000 habitantes esperaba que le tocara uno de los gordos. Por allí pasará el equipo de Rubi, con muchos jugadores que habitualmente ven por televisión, y aunque podrán disfrutar de esa experiencia, reconocen que sus miras era más altas.
Sin Real Madrid y Barça, había dos clubes que todos tenían en mente y que esta misma semana estarán jugando la Champions League: el Sevilla FC y el Atlético de Madrid. Y a los que todos deseaban, aunque no lo dijeran. El cántabro Velarde fue a parar junto a la bola sevillista y el soriano SD Almazán con la rojiblanca.
“Cuando van saliendo las bolas y ves que aún quedan los mejores equipos te haces más ilusiones, pero al final el Atlético salió en la última bola. Evidentemente queríamos a un Atlético de Madrid, Sevilla o un equipo así, pero el Almería también es un club de Primera”, afirma el centrocampista Manuel Romay, uno de los refuerzos veraniegos del Arenteiro.
A sus 32 años, este mediocentro ofensivo, que durante unos años militó en el filial del Depor, ya tiene experiencia en la competición copera, pues ya jugó con el Pontevedra ante el Ibiza en 2020 y en con el Boiro, ante el Guijuelo, en 2016. Pero nunca había tenido la oportunidad de enfrentarse a un conjunto de Primera división. Muchos de sus compañeros si la tienen, ya que lo hicieron al Valencia la pasada campaña en un partido en el que pusieron contra las cuerdas al equipo que entrenaba José Bordalás. Los levantinos acabarían imponiéndose en la prórroga gracias a los goles de Guillamón y Manu Vallejo.
“Vamos a intentar pasar la eliminatoria. Sabemos que será difícil porque son un equipo de Primera y vendrán con todo, pero vamos a lucharlo”, avisaba el jugador de Malpica de Bergantiños, que llegó este verano al Arenteiro procedente del histórico Pontevedra y se ha convertido en un jugador fundamental para su técnico, Fran Justo, quien lo ha puesto al mando de las operaciones en ataque en el arranque liguero.