"Estamos todos muy felices de que Jorge Sampaoli se nos una, ya que es un entrenador de reconocido prestigio internacional por su profesionalidad y sus valores humanos", apuntaba Arnaud Pouille, presidente del Stade Rennais, al comunicar la noticia de que el veterano preparador argentino, de 64 años, llevará las riendas del equipo rojinegro hasta el 30 de junio de 2026. Este martes, el ex del Sevilla FC en dos etapas era presentado oficialmente, aprovechando para manifestar su deseo de regresar casi dos años después de Francia, tras dirigir la 21/22 al Olympique de Marsella. "Admiro la Ligue 1. La he seguido viendo desde que me fui. Me gusta cómo funcionan los equipos, sus transiciones. El campeonato galo sigue mejorando y, además, los mejores del mundo salen de Francia y de Brasil. Hay materia prima", apunta el de Casilda en la sala de prensa de Roazhon Park.
Sobre los objetivos que se marca en tierras bretonas, con la ya ex escuadra de Julien Stéphan tan sólo tres puntos por encima de la zona de promoción de descenso, prefiere esperar para pronunciarse. No en vano, el Rennes sólo ha vencido en uno de sus últimos siete compromisos oficiales, perdiendo los dos últimos sin hacer un solo gol, por lo que se necesitaba un cambio. Venían los del noroeste de un ejercicio de transición con el técnico recién destituido, que les había llevado a la Champions League en la 19/20, repitiendo en competiciones continentales los tres siguientes con Bruno Genesio. “Europa sería mi deseo, pero primero hay que reestructurar el equipo. Veremos nuestras ambiciones más adelante; hay mucho progreso por hacer en términos de funcionamiento y capacidad competitiva del grupo”, asegura Sampaoli, que ya ha dejado claras sus preferencias para el mercado invernal en una primera evaluación del plantel.
El suramericano aprovechó igualmente su primer comparecencia pública como entrenador a orillas del río Vilaine para mandar un 'dardo' a sus anteriores equipos, entre ellos un Sevilla FC al que dirigió en dos breves etapas (la campaña 2016/2017 y entre octubre de 2022 y marzo de 2023, sustituyendo a Julen Lopetegui y cediendo el testigo a José Luis Mendilibar). De todas formas, su reflexión va también en consonancia de las acusaciones de que dura muy poco en los banquillos, pues, más allá de los cuatro años que dirigió a la selección de Chile, sin la presión del día a día, no pasa de los dos en ningún destino. "Mi nivel de exigencia es muchas veces demasiado elevado respecto a las exigencias de los clubes con los que he trabajado. Pero tengo conciencia de que esas ambiciones son desmesuradas y quizás inalcanzables. El algo que tengo que cambiar. Tengo que mejorar ese aspecto si quiero estar más tiempo en Rennes".