Fernando Mateos3 min lecturaEl Sevilla FC necesita aligerar su plantilla para poder acometer los dos fichajes deseados, volcándose los esfuerzos en el brasileño Juninho Vieira, al que el Qarabag comienza a dar por perdido, a la espera de que Rubén Vargas tome una decisión definitiva. Para que puedan llegar ambos, es obligatorio abrir hueco salarial, siendo lo ideal poder acometer además algún traspaso, como el de Gonzalo Montiel. Pero el primero que podría hacer las maletas es su compatriota Valentín Barco.
El joven lateral zurdo argentino desembarcó en Nervión tras la marcha de Acuña a River Plate. Pero aunque dejó algunos destellos de sus cualidades, sobre todo ofensivas, en sus primeros choques, pronto cayó en el olvido para García Pimienta. Tanto es así, que en las diez últimas jornadas de LaLiga sólo ha disputado 36 minutos, repartidos en los duelos ante Espanyol y Rayo Vallecano. Por ello, todas las partes han llegado al convencimiento de que lo mejor es poner fin a su cesión.
De este modo, el internacional albiceleste regresará al Brighton, con el que tiene contrato hasta 2028, pero no para jugar en el conjunto inglés, sino como puente para un nuevo destino. Esa, precisamente, fue la condición que el club británico puso para poner fin al préstamo acordado el pasado verano, que ya tuviese otro destino amarrado. Y lo cierto es que, pese a su pobre paso por el Sánchez-Pizjuán, no le faltan 'novias'.
ESTADIO Deportivo ya desveló que el Oporto tiene muy avanzadas las negociaciones para acogerlo en calidad de cedido, en su caso con una opción de compra de la que no disfruta el Sevilla FC. Pero la operación no está cerrada aún y desde Argentina apuntan que Estudiantes de La Plata también sueña con su llegada. Una opción que a priori no convencería tanto al club propietario de sus derechos, que busca que Barco, a sus 20 años, siga aclimatándose al fútbol europeo, después de pagar más de 9 millones de euros por su traspaso en el pasado mercado de enero a Boca Juniors.
En el conjunto de La Plata se ha disparado la ilusión tras el desembarco del grupo empresarial de Forster Gillet, que no tuvo mucha suerte en el Liverpool. Ahora, el millonario estadounidense ha puesto sus ojos en el fútbol argentino y su primer golpe sobre la mesa ha sido el fichaje de Cristian Medina, abonando para ello su cláusula de rescisión de 15 millones de dólares a Boca. Sin embargo, en el caso de Barco, puede que el plano económico no sea lo más importante a la hora de elegir un nuevo destino.