Óscar Murillo5 min lecturaEste domingo quedarán diez días para la gran final de la Europa League. Un mundo en términos futbolísticos. Sería perfectamente comprensible que Mendilibar reservase a los que piensa alinear de inicio en Budapest ante el Real Madrid cuatro días antes. Incluso, que tampoco saque todos los tanques a la calle, valga el símil militar, en Elche este próximo miércoles. O que, con el séptimo título de su competición fetiche en el bolsillo, visite a la Real Sociedad con una o dos marchas menos. Pero en el derbi, no. Ni se lo van a permitir ni él mismo querrá un borrón de esa índole en su casi inmaculada trayectoria como entrenador del Sevilla FC, por mucho que la inmensa mayoría de los que sienten en blanco y rojo tengan la mente ya en el partido ante la Roma. La propia plantilla, seguro, abogará por un penúltimo esfuerzo para darle otra alegría a su afición en una temporada tan aciaga al principio y tan gozosa en su epílogo.
Ocurre que el de Zaldívar debe medir bien las rotaciones, algunas obligadas y hasta urgentes, porque no es cuestión de reventar a nadie. La segunda unidad ya ha dado muestras de que se puede confiar en ella, por lo que, aunque será un once reconocible el que se enfrente este domingo al Real Betis, tampoco puede ser el mismo que doblegó a la Juventus. Ni siquiera el que terminó ese día. Bueno, el jueves acabaron diez. Solamente el míster conoce de primera mano cómo está cada uno. No cómo le dicen que están, sino la realidad. Las cargas de trabajo estarán en su mente a la hora de confeccionar los dos equipos que, en apenas tres días, habrán de competir contra verdiblancos y franjiverdes. Porque, aunque tampoco pueda exigírsele ya, la posibilidad de tener una segunda vía hacia las competiciones europeas, alcanzando el sexto o el séptimo puesto de la clasificación de LaLiga, es un caramelo demasiado jugoso como para mirar hacia otro lado.
Algunos relevos serán naturales, como la entraba bajo palos de Dmitrovic por Bono. Otro debería ser el de Pape Gueye por Fernando, si bien el francés sufrió en Pucela un leve esguince de tobillo y habrá que evaluar su estado de forma. Si está en la lista, lo más normal es que salga de inicio. Xavi Sintes, quizás no en el duelo cainita pero sí en el Martínez Valero, por ejemplo, habría sido una alternativa muy válida, pero la suspensión con el filial le inhabilita. En los laterales, Montiel y Alex Telles se perfilan como soluciones para compensar el desgaste de Jesús Navas y Acuña. Tampoco sería raro que el palaciego, el 'Huevo' o ambos forzaran por tratarse del partido que se trata, aunque ambos llevan lidiando varias semanas con diferentes dolencias. Por dentro, no hay muchas combinaciones posibles. Badé y Gudelj son los titulares indiscutibles, por lo que Rekik podría dar reposo a cualquiera de los dos, si bien el serbio podría también volver a su posición junto a Gueye.
Arriba, En-Nesyri se apunta pese a no ejercitarse en la víspera, lo que le hace estar, como poco, al 50% con Rafa Mir. Por detrás, los que no fueron titulares contra la Juventus tiene cierta ventaja: Lamela (tocado de la espalda, eso sí), 'Papu' Gómez, 'Tecatito' Corona... De todas formas, Óliver Torres fue el primer cambio, pese a estar en un excelente estado de forma, mientras que Ocampos se fue al banquillo antes que sus compañeros igualmente. No parece conveniente, aunque esté entre los citados, que salte de inicio Suso, el mejor de la vuelta de semifinales de la UEL, sacrificado tras la expulsión de Acuña, pero con un pinchazo otra vez en el isquiotibial que le dejó semana y media fuera de juego. No hay más. Entre los 22 convocados hay un tercer portero, Matías Árbol, porque ni Alberto Flores ni el citado Sintes pueden actuar al estar sancionados. Tampoco han sido llamados a filas el lateral zurdo Hormigo o el mediocentro Manu Bueno, sí habilitados. El que arriba firma apuesta, en definitiva por un equipo como éste: Dmitrovic; Montiel, Badé, Rekik, Acuña; Gudelj o Fernando, Pape Gueye; Ocampos, 'Papu' Gómez, Óliver Torres o Alex Telles; y Rafa Mir.