La Liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP) ha dado la razón a Kylian Mbappé, que se sale con la suya y celebra una nueva victoria judicial contra su antiguo club, el París Saint-Germain, a quien el ente nacional ha ordenado el pago de los 55 millones de euros que reclama el actual delantero del Real Madrid en concepto de impagos de su contrato en la pasada campaña, la última de las siete en las que ha jugado en la entidad del Parque de los Príncipes, que no tiene la más mínima intención de abonarle ni un céntimo.
Así lo ha asegurado un portavoz del PSG en declaraciones en exclusiva para la Agencia EFE, donde ha anunciado que el club parisino llegará hasta las últimas instancias judiciales si fuera preciso, al tiempo que ha rechazado que se trate de una victoria definitiva para Mbappé. Eso sí, esta es la segunda vez que las instancias deportivas francesas fallan en favor del futbolista merengue. Tras el veredicto de la Comisión Jurídica de la LFP, elevó un recurso ante la Comisión Superior de Apelación, dependiente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), que también le ha dado la razón al goleador, quien no pierde oportunidad para atizar a sus exjefes.
"Ahora que la Comisión de Apelación ha confirmado el dictamen de la Comisión Jurídica, el PSG se verá obligado a llevar el caso ante los tribunales competentes, mientras continúa, a pesar de la mala fe reiterada, intentando encontrar una solución amistosa con el jugador", señaló el portavoz del PSG, insistiendo en que todo este lío de togas y tribunales son fruto de la tozuda insistencia de Mbappé a sentarse a negociar una conciliación laboral con su antiguo club, lo que les aboca a llevar el caso hasta la justicia ordinaria en un litigio que "puede tardar meses o años en resolverse".
En el centro del conflicto están esos 55 millones de euros, cantidad nada baladí que Mbappé reclama que le pertenece en concepto de salario y primas. El PSG alega que retuvo esta cantidad al futbolista fruto de un acuerdo verbal para desbloquear la decisión de los propietarios qataríes de apartarle del equipo a principios de la pasada temporada como represalia a su negativa a renovar. El atacante comenzó la 23/24 en la grada y, siempre según la versión de su exequipo, accedió a perdonar esta cifra a cambio de que le liberasen del castigo y pudiese volver a ponerse a las órdenes de Luis Enrique.
"De hecho, el jugador ha asumido compromisos públicos y privados claros y reiterados que el club simplemente pide que se respeten, ya que el club le ha concedido beneficios sin precedentes durante sus siete años en París", agregó el portavoz del PSG, quien espera que "estos compromisos básicos sean simplemente respetados". En caso contrario avisa de que se verán "obligados a hacer que la mala fe del jugador sea juzgada por los tribunales competentes". "Si Mbappé continua con esta disputa, será incomprensiblemente perjudicial para él mismo y para el fútbol francés. Se trata de una cuestión de buena fe, de honradez, de defensa de los valores y de respeto a la institución parisina y a su afición, que es más importante que cualquier jugador", culminó el portavoz.
Cabe recordar que, con todo acordado con el Real Madrid, Mbappé acabó firmando en 2022 una prolongación de dos años de su contrato con el PSG, más una temporada suplementaria que no llegó a activar. Poco antes de que acabara la primera de esas dos campañas, ya hizo saber que no quería acogerse a esa cláusula para ampliar un tercer año, lo que motivó que el club le lanzara un ultimátum: renovación o salida en ese mismo verano de 2023. Como medida de presión, sabiendo que el Real Madrid esperaría hasta 2024 y no formularía más ofertas después del plantón del año anterior, le apartó de la disciplina del primer equipo. En su vuelta al grupo, ambas partes alegaron que habían alcanzado un acuerdo que, visto lo visto, no era tal.