A tenor del resultado (5-3) y de lo frenética que resultó la semifinal de la Supercopa entre el Real Madrid y el Atlético, se podría esperar que el acta arbitral recogiera numerosas anotaciones sobre incidentes, trifulcas o cualquier tipo de tangana típica de esta clase de partidos.
Sin embargo, el colegiado manchego Alberola Rojas asumió el mando del choque y lo dirigió sin ningún tipo de problemas más allá de los piques que pueden captar las cámaras de televisión, pero que no tienen importancia. De hecho, el acta donde se recogen todas las incidencias del partido estaba prácticamente impoluta, pues, al contrario de lo que suele ocurrir en los derbis madrileños y más con un título de por medio, solo consta una tarjeta amarilla.
Y es que Alberola Rojas solo necesitó una amonestación para controlar el choque en los 120 minutos que duró y no llegó hasta el último suspiro del choque, cuando mostró cartulina al madridista Brahim por la celebración de su tanto en el epílogo. "Por quitarse la camiseta con motivo de la celebración de un gol".
Con tanto blanco por la ausencia de amarillas y de incidentes que tuvieran que recoger en su escrito final, en el acta del colegiado castellano destaca un detalle curioso que podría pasar desapercibido, pero que merece la pena reseñar por no ser del todo habitual.
Así, en el apartado de observaciones, el último del acta, Alberola Rojas detalla los motivos por los que la semifinal de la Supercopa se alargó 30 minutos más con la disputa de la prórroga, algo que resulta evidente, pero que Alberola quiso dejar por escrito para que no hubiera ningún tipo de dudas. En este sentido, dejó claro el detonante de que el derbi madrileño no finalizara a la conclusión de los 90 minutos.
"El partido finalizó con el resultado de Real Madrid CF TRES - Atlético de Madrid SAD TRES, por lo que se procedió a disputar la prórroga reglamentaria. Una vez concluida esta, el resultado final fue Real Madrid CINCO - Atlético de Madrid SAD 3", recoge el acta de Alberola Rojas, que quizás no quiso dejar el acta tan vacía tras un choque tan intenso. Desde luego, aclara cualquier duda si es que la hubiera sobre algo que se da por sentado. Una curiosidad dentro de un arbitraje que, de forma indiscutible, estuvo a la altura de todo un partidazo que dejó ganas de más.