Óscar Murillo4 min lecturaDos juzgados de Madrid habrían dado la razón a la RFEF y al CTA ante la denuncia de Estrada Fernández y otros seis árbitros de VAR por el veto que, según ellos, se derivó de la participación activa del colegiado catalán en el 'caso Negreira' y la exigencia de sus derechos labores en el resto de casos, por lo que la decisión del organismo que preside Luis Medina Cantalejo desde la penúltima jornada de LaLiga 22/23 sería una represalia. Sin embargo, según adelanta la Cadena Ser, la Justicia ha aceptado las explicaciones del ente federativo, asegurando en ambas sentencias que las elecciones para la sala de videoarbitraje "no operan de forma automática" y no supone, por tanto, "un derecho absoluto e ilimitado a ser designados para las sucesivas jornadas". Por tanto, entiende que se les excluyó para "evitar posibles suspicacias y sospechas sobre la ausencia de integridad de la competición, e incluso salvaguardar a los propios árbitros de la opinión pública por posibles dudas ante sus decisiones en unas jornadas tan decisivas".
El fallo se detiene en dos acciones polémicas en las que hubo cierta negligencia por parte de quienes ejercían en la sala VOR: la expulsión de Vinícius en Mestalla y el 'gol fantasma' del Atlético en el RCDE Stadium. En el primero de los casos, "el asistente sólo enseñó las imágenes en las que se ve la agresión del jugador del Real Madrid, pero omitió el resto de imágenes anteriores en las que el jugador era agredido por otros dos jugadores del equipo contrario, respondiendo su agresión a un intento de zafarse de la agresión previa recibida". La roja que vio el brasileño, que fue anulada por el Comité de Competición, fue fruto de "las imágenes sesgadas facilitadas por el VAR". Al menos en este caso, el futbolista que sufrió doble escarnio: primero, al ser insultado de manera racista desde la grada y, después, al ser expulsado por De Burgos Bengoetxea, tuvo cierta reposición del daño. Pero el RCD Espanyol se marchó a Segunda división.
Respecto de la certificación del descenso del cuadro catalán, la sentencia especifica que "el árbitro del VAR ofreció unas imágenes, pero había otras que hacían dudar sobre si el balón había entrado o no por completo en la portería". Esto, por supuesto, ya no tiene remedio, porque, entre otras cosas, las dos salas de la capital de España no están diciendo que hubiese un error manifiesto en la decisión del colegiado principal de indicar gol en esa acción, sino que no recibió las herramientas adecuadas desde la sala VOR para sustentar su decisión sobre hechos palpables y claros. Esta noticia se ha conocido el mismo día que la RFEF ha adjudicado a Mediapro la gestión del VAR en las próximas campañas y anunciado la implantación del fuera de juego semiautomático.