Borja Jiménez encara su debut en Primera división estando a los mandos del CD Leganés y repleto de ilusión. Sin embargo, ello no evita que de cara al inicio del campeonato en LaLiga EA Sports, el cual comienza enfrentándose a CA Osasuna, entienda que tener el mercado abierto sea un asunto peliagudo; eso sí, no por ello se corta a la hora de pedir al club lo que necesita.
"Las cuatro primeras jornadas para mí no tienen mucho sentido, están a medio construir los equipos. Vemos jugadores que pueden estar en un equipo y pasado mañana en otro. Se desvirtúa un poco la competición. Pero es el calendario que tenemos. No sabría decir un número de puntos porque esto cambia mucho. Las salvaciones han sido más baratas que las anteriores y viendo un poco las puntuaciones que han sacado en los tres años anteriores, entre 36, 37 o 38 puntos", explica antes de señalar que si quieren tener éxito no pueden preocuparse por esa puntuación exacta de cara a conseguir la permanencia.
"No lo he pensado en realidad. Se presupone que va a ser un año complicado, peleando por esos puestos, mirar a largo plazo tiene que ser nuestro objetivo sin centrarnos en cada victoria. No sé cuál será el bagaje", analiza.
Respecto a lo que supone a nivel personal entrenar por primera vez en la élite, Jiménez deja claro que se trata de un logro que ni siquiera imaginaba, ya que hay miles de entrenadores trabajando para llegar al lugar en el que ahora se encuentra.
"No llegaba ni a ser sueño porque no me lo imaginaba. Nadie que quiera entrenar tiene que marcarse un objetivo tan ambicioso porque es muy difícil. En primera hay 20 entrenadores y hay miles de licencias. Es muy difícil. Para mí el sueño es dedicarme a entrenar", explica para justo después comparar la repercusión que tiene a nivel mediático el salto de categoría.
"Primera Divisón tiene una repercusión muy mayor. El año pasado éramos dos o tres en ruedas de prensa y hoy somos ocho o nueve. La pasión es la misma que cuando estaba en Bouzas o Izarra. Vas aprendiendo, la vida son experiencias que van haciendo callo. Mañana lo podré hacer, como alguno de mis futbolistas, como el capi, Sergio González, que me decía que era su sueño. Es un camino muy largo y lo conseguiremos. El equipo ha demostrado un gen competitivo", subraya.
En cuanto al rival, tiene claro que se lo pondrá difícil. "Han dado mucha continuidad a las cosas que se hacían. Jagoba ha conseguido grandes éxitos y creo que han sido inteligentes en ese aspecto dando continuidad. Por desgracia para nosotros continúa la gran mayoría de futbolistas del año pasado. El once podría ser el último de la temporada anterior y da más ventaja respecto a equipos en construcción por las salidas. Será un partido muy difícil. Es un equipo muy completo afianzado en la categoría", comentó.
Por último, reconoció que los jugadores recién llegados al Leganés, como Óscar Rodríguez o Renato Tapia, no saldrán desde el inicio del partido: "En cuanto a disponibilidad, están. A nivel físico, como de conceptos, a ver cómo van evolucionando en estas dos semanas antes del parón. A ver cómo se van sintiendo ellos. Tenemos que ir con paciencia. Que no se lesionen. Están disponibles por si tienen que ayudar al equipo, para diez o quince minutos, pero para su mejor versión aún quedan unas cuatro semanas", agrega.
Respecto a las incorporaciones que tiene que hacer el Leganés, no se corta a la hora de hacer peticiones para todas las posiciones del terreno de juego: "Nos quedan por hacer bastantes cosas en el mercado. Entre seis y ocho jugadores todavía. Nos queda bastante por firmar. Iremos vendo a ver si aspiramos a todo, a ver si el límite nos permite firmar a todos. Era la idea inicial en el mes de julio. Calma. Nos quedan futbolistas en defensa, centro del campo y en ataque, nos quedan jugadores por fuera o un delantero", concluye.