El Girona FC no es el equipo de la temporada pasada. Sí, suena a perogrullo, pero no está de más recordarlo para entender que analizar hoy día al equipo catalán por lo que vimos hace unos meses, es un error.
Pese a que el entrenador, Míchel, y la idea de juego, siguen intactos, los jugadores que deben ejecutar el plan han cambiado notablemente; tanto es así que en el partido contra el Valencia CF el técnico de la escuadra gerundense ha salido con cuatro jugadores en ataque que no estaban el curso anterior. Por ello, no extraña que haya fallos de coordinación e incluso convencimiento en lo que se hace, lo cual conduce a su vez a que el juego sea distinto o, tal y como dice Míchel, falto de ritmo para hacer daño al rival.
Una de las piezas que deben conseguir lo que Míchel espera es Yaser Asprilla. El Girona ha invertido hasta 18 millones de euros en su fichaje y se espera que sea pieza determinante (y diferencial) de este Girona de Champions League. Por ahora ha estrenado titularidad en Mestalla, donde se le ha visto participativo y activo en todo momento. No ha sido suficiente para sacar los tres puntos de territorio che, pero no por ello piensa bajar los brazos; es más, señala el camino para el equipo pueda salir de esta mala racha de tres derrotas consecutivas.
"Sabíamos que era un rival difícil. Son cosas del fútbol, tenemos partidos cada tres días, hay que seguir adelante y hay que seguir trabajando. Hoy –por ayer– no se dio el resultado, pero hay que seguir trabajando para que las cosas se nos den de la mejor manera", comenta haciendo hincapié en la necesidad de mantener la cabeza fría y seguir dándolo todo en cada entrenamiento para alcanzar el nivel que desean.
¿Y qué opina Míchel? El preparador del equipo de Montilivi ha tenido palabras para su joven futbolista, pero el mensaje que desea transmitir quiere que sea entendido por todo el grupo, por lo que prefiere no individualizar su análisis tras caer en Mestalla.
"Es cierto que ha dado un paso adelante, es una buena noticia, pero no quiero particularizar. A nivel de estructura no es el problema, es la velocidad de juego, me preocupa mucho. Tenemos que ser capaces de que el rival entre en estrés y el Valencia no ha entrado en estrés en ningún momento", sentencia.