Es una lacra contra la que aún a estas alturas de la película, con un siglo XXI que ya va por su año número 24, hay que luchar. El racismo campa a sus anchas y el fútbol no se libra de él. Hace unos meses le tocó a Vinicius, antes que él ya lo sufrió Iñaki Williams. Ahora la víctima milita en la Serie A, el guardameta del Milan Mike Maignan. El futbolista se encontraba disputando el partido entre Udinese y Milan y tomó la decisión de abandonar el terreno de juego a la media hora del partido. Desde las gradas del estadio local no cesaban en lanzarle insultos racistas y, como es lógico, el Maignan no pudo reprimirse. Bajo el enojo y la indignación, avisó al colegiado y se fue. Tras él, fueron los compañeros de su equipo y el partido tuvo que detenerse.
Un gesto de reivindicación que sólo duró cuatro minutos. El tiempo que tardaron todos en regresar para que se reanudara el encuentro en la Serie A italiana. En el minuto 38 y con un resultado de 0-1, el balón volvió a rodar sobre el terreno de juego. Algunos de los jugadores del Udinse llegaron a pedir explicaciones a su propia afición previamente. Ya el colegiado había avisado de que si se volvía a producir algún tipo de insulto racista, suspendería el encuentro de forma definitiva. Tras el partido, que concluyó con un resultado de 2-3 favorable al Milan, Maignan atendió a los medios de comunicación expresando una cruda realidad: no es la primera vez que sucede algo así.
Además, instó a los clubes y las entidades organizadores que hicieran algo para que estas situaciones se evitaran en el futuro. "En el primer tiempo me han hecho sonidos racistas, no es la primera vez que me pasa ni a mí ni a mis compañeros, tenemos que hacer algo", señaló a los micrófonos de DAZN Italia.
"En el Milan tenemos una familia. Nosotros estamos aquí para jugar, para dar todo a los aficionados, para dar espectáculo. Por eso, aunque estaba disgustado por haberme ido, he tenido el apoyo de todos y hemos tomado la decisión de volver al campo. No podía dejar a mis compañeros así", agregó.
Sobre el momento en el que tomó la determinación de abandonar el terreno de juego, después de haber avisado varias veces al colegiado encargado de impartir justicia de lo que estaba sucediendo, indicó lo siguiente: "Estaba enfadado, no desilusionado. No es la primera vez que sucede".