El Liverpool de Jurgen Klopp logró un triunfo descomunal ante el Chelsea en la final de la Copa de la Liga de Inglaterra (EFL Cup), gracias a un gol del central neerlandés Virgil Van Dijk en el último minuto de la prórroga, pero más allá de la victoria, que es un gran logro en esta, la última campaña de Jurgen Klopp en Anfield, tras anunciar hace un mes su salida una vez finalizara su temporada, fue la demostración de que el germano se va a ir a la entidad en la que ha pasado los últimos nueve años dejando un legado que va más lejos del fútbol y los títulos, ya que ha creado una filosofía de la que bebe toda la entidad, como se vio en Wembley, donde los grandes protagonistas del partido fueron los jóvenes, en una jornada donde las más rutilantes estrellas 'reds' no estuvieron.
Connor Bradley, Harvey Elliot, Bobby Clark, James McConnell, Jayden Danns y Jarell Amorin Quansah, todos ellos entre los 18 y los 21 años fueron partícipes en el triunfo de ayer, e incluso los dos primeros actuaron de inicio y fueron muy importantes en el desenlace favorable. Enfrente el rival no era ningún equipo menor, si no el todopoderoso Chelsea de Mauricio Pochettino, que pese a no estar en su mejor momento, lleva gastados sobre 1000 millones de euros desde que fue adquirido por el estadounidense Todd Boehly y está en camino de convertirse en un gran transatlántico que compita de tú a tú contra los clubes estado.
Desde que Klopp se sentara en el banquillo de Liverpool en 2015, son muchos los ejemplos de canteranos que han pasado a formar parte de la élite del fútbol mundial. Los últimos ejemplos son Elliott, Bradley y Quansah, que ya están más que asentados en la primera plantilla y disputan muchos minutos. Son los últimos ejemplos de una política que ya encumbró a Trent Alexander-Arnold, Bajcetic o Curtis Jones. Es el 'modus-operandi' del teutón, que ya llevó a cabo algo similar en su Borussia de Dortmund que maravilló al mundo y que ha reeditado con los reds. Ahora se marcha, pero sea quién sea el nuevo ocupante del banquillo, tendrá una magnífica base sobre la que trabajar. Además de que estas promesas están maravillosamente lideradas por Van Dijk, Salah y compañía, unos grandes espejos en los que fijarse durante sus primeros pasos en la élite del fútbol mundial.