El Liverpool va a cumplir el deseo de un histórico entrenador del fútbol europeo, Sven Goran Ericsson, quien anunció hace unas semanas que padecía un cáncer de páncreas terminal y que tan solo le quedaban doce meses de vida. El sueco de 76 años confesó que desde siempre había sido seguidor del conjunto inglés y que el gran debe que le quedó a lo largo de su extensa carrera fue sentarse en el banquillo de Anfield.
El preparador de los 'reds', Jurgen Klopp, dijo tras conocer la noticia que cuando quisiera estaba invitado a pasar un día en la disciplina de los suyos "cuando quisiera" y que pese a que estar en la banda durante un partido iba a ser "más difícil", poder enseñarle como era todo lo que rodea a su club y que estuviera allí era un honor. El teutón está viviendo sus últimos meses en la ciudad, ya que anunció que en junio se iría aludiendo a que se le estaba acabando la "energía" que se necesita para un puesto tan importante, sin embargo, pasar un día con el mítico entrenador, al que no conoce aún, sería algo que le gustaría mucho hacer antes de irse.
El Liverpool recogió el guante, y ha confirmado hoy martes que el ex campeón de la Serie A con la Roma, dirigirá a los reds en el partido de leyendas anual que organizan con fines benéficos. En esta ocasión se disputará el 23 de marzo en su estadio y el rival será el Ajax de Ámsterdam. Eriksson estará en el banquillo junto a leyendas de la entidad de la categoría de Ian Rush, John Barnes y John Aldrige, que tendrá a su órdenes a exjugadores muy reconocibles como Jerzy Dudek, Sander Westerveld, Martin Skrtel, Fabio Aurelio, Djibril Cissé y Ryan Babel, y muchos más que aún faltan por conocerse. Será la tercera edición del evento, que en los años anteriores ante Manchester United y Celtic de Glasgow recaudó más de un millón y medio de euros.
En los más de cuarenta años que estuvo en activo dirigió a selecciones como Inglaterra o México y grandes clubes como la Roma, el Benfica o el Manchester City, antes de que se convirtiera en el transatlántico que es ahora mismo, pero sin embargo no llegó nunca a comandar el equipo de su vida, algo que ahora, en probablemente los últimos meses de su vida, podrá hacer, cumpliendo el gran sueño que le quedaba pendiente.