Los Juegos Olímpicos de París 2024 se han convertido en asunto de estado en Francia, donde la clase política está tomando cartas en el asunto con la intención de asegurarse la presencia de los mejores deportistas del país. Algo que es relativamente sencillo en ciertas disciplinas, pero que guarda bastantes dificultades en lo que se refiere al fútbol. Y eso, con Mbappé por medio, la magnifica todo en el país galo, que ya ha asumido que no volverá a disfrutar de él en la Ligue 1, pero que quiere seguir haciéndolo este verano, primero en la Eurocopa de Alemania y luego en los Juegos Olímpicos.
Hay que tener en cuenta que los juegos no son considerados una fecha FIFA, que dependen del COI y que, por tanto, son los clubes de los respectivos jugadores los que tienen la última palabra. Hasta el propio Mbappé se ha referido públicamente sobre ello, reconociendo que no depende de él. Especialmente relevante es el caso en Francia con Mbappé, tanto por lo que significa el futbolista para su país, como porque aún no tiene definido -al menos de manera pública- su futuro. Todo apunta que será el Real Madrid el club al que llegue, aunque no hay nada oficial al respecto. Los blancos, en cualquier caso, ya han solicitado de manera formal a Francia que no convoquen para París 2024 a Camavinga, por lo que todo apunta a que Mbappé correría la misma suerte. Y claro, en Francia están que trinan.
De hecho, en Francia ya ha saltado la polémica y L’Equipe, diario deportivo de referencia en el país galo, ya compara lo que está por venir con lo que pasa en España, poniendo de relieve que el Real Madrid se niega a ceder a sus jugadores franceses al tiempo que no puede hacer lo mismo con los españoles. El Real Madrid y el resto de clubes, poniéndose el foco sobre jugadores como Nico Williams o los azulgranas Lamine Yamal y Pau Cubarsi, quienes son algunos de los que más opciones tienen de hacer doblete este verano. ¿La razón? La Ley del Deporte que fue actualizada en diciembre de 2022, la que obliga a los clubes que cedan a sus internacionales ante la llamada de la selección. La falta injustificada a una convocatoria, como ya informó este diario, acarreará infracciones muy graves, con multas que oscilan entre los 3.000 y los 30.000 euros, así como una posible suspensión de la licencia por una duración mínima de dos años. En Francia, por tanto, no acaban de coprender del todo cómo se permiten estas desigualdades. Y es que España, junto a Chipre, son los dos únicos países que obligan a sus futbolistas a acudir ante la llamada de la selección.