Sara Portillo Maya5 min lecturaParece que cuando ya se había visto todo, una nueva polémica asoma. La mujer en el deporte rey ha vivido un camino de obstáculos a lo largo y ancho del planeta y, pese a que parece que muchas cosas puedan estar superadas, aún queda un tortuoso y amplio camino por delante. Ellas han estado condenadas al ostracismo y cierto es que en los últimos tiempos se van superando muchas de las barreras de antaño. Faltaría más. Ya no se viven tiempos de impedimentos legales, ni de castigos con ir al calabozo cuando una mujer quiere jugar al fútbol. Los tiempos han cambiado. Las polémicas, también.
De esta hace ya un tiempo, más de una década. Pero ha salido a la luz ahora, cuando una de las protagonistas se han atrevido a denunciar. Estamos a las puertas de un Mundial, el de este 2023, en el que todavía hay dudas sobre su cobertura televisiva, después de que en 2019 se viviera un ‘boom’ con el de Francia. Y es en este momento cuando una exfutbolista internacional sueca ha contado el episodio lamentable por el que tuvieron que pasar las futbolistas de todos los equipos en el Mundial de 2011, celebrado en Alemania.
Había rumores, por aquel entonces, sobre la existencia de hombres en el combinado nacional de Guinea Ecuatorial y a la FIFA no se le ocurrió otra cosa que obligar a las futbolistas a que se sometieran a un examen genital. Un procedimiento invasivo para comprobar el sexo que se dio como respuesta a las protestas que habían emitido Nigeria, Sudáfrica y Ghana: acusaban a Guinea Ecuatorial de tener hombres en su combinado nacional femenino.
Se trataba de que se demostrara que eran mujeres y ese fue el método escogido para ello. Así lo denuncia Nilla Fischer, exinternacional sueca, en su biografía Jag sa inte ens hälften (traducción: No dije ni la mitad). Seguramente haya vivido muchas cosas Fischer, que ya suma 38 años, fue internacional 194 veces con la selección sueca entre 2001 y 2011, participando en cuatro Mundiales y tres Juegos Olímpicos. Asegura en sus memorias, recién publicadas, que se ordenó por parte de la FIFA a hacer ese test. “Cuando me enteré de la sorprendente exigencia, eché humo. En medio de un Mundial, los peces gordos de la FIFA quieren que mostremos nuestros genitales. Nos informaron de que los próximos días no nos afeitáramos 'allí abajo' y que luego se lo enseñásemos al médico. Nadie lo entiende, pero hacemos lo que nos piden y nos preguntamos qué está pasando”, puede leerse.
¿Cómo se hizo el examen? Se encargó un fisioterapeuta, a la par que el médico se colocaba de espaldas. La exfutbolista lo detalla de ese modo y describe la experiencia como “desagradable” y “humillante”. Además, asegura lo siguiente a los medios suecos: “La forma en la que se hizo fue excesiva. Creo que fue por eso que ninguna de las jugadoras lo ha contado hasta ahora. Nos dimos cuenta de solo se hablaría de eso. Como escribo en el libro, no fue nada agradable”.
Quien por entonces fuera médico de la selección femenina sueca, Mats Börjesson, confirmó lo que cuenta ahora Fischer, aunque trata de matizar que “la FIFA ni hace estas cosas con mala fe”. Se hizo antes del Mundial. “El deporte ha tratado de hacer justicia con las chicas, para que no sea necesario entrenarte toda una vida y entonces te encuentres con algo que es una ventaja absurda”, defendió Börjesson al diario Aftonbladet, donde hacía alusión a la posibilidad de que hubiera hombres camuflados en equipos femeninos.