Antonio José Medina4 min lecturaMucho se ha comentado a lo largo del último mes del marrón que le va a caer a Mendilibar esta próxima semana cuando se encuentre con una plantilla excesiva, a la que vuelven 12 cedidos y a la que debe añadir los canteranos que ha convocado. Pero más marrón le ha caído a Víctor Orta para poder sacarlos a todos en un mercado bastante parado, a la baja y con poco dinero, salvo el saudí, en movimiento.
Hay superávit de jugadores en muchas posiciones, pero hay una especialmente problemática: el centro de la defensa. El Sevilla incorpora ahora a Fede Gattoni y ha cerrado el fichaje de Loïc Badé, que se añaden a los Marcao, Rekik y Nianzou, que ya estaban. Y a un Gudelj que juega más ahí que en la posición de pivote. Pero, además, deben regresar Kike Salas y José Ángel Carmona, aunque este último también podría jugar en banda derecha, como hizo en algunos partidos la pasada campaña y como también hizo en el Elche, donde estuvo cedido.
De todos ellos, la salida que parece más clara es la de Kike Salas. Ya sea cedido o traspasado, el canterano no tiene sitio en este Sevilla, aunque sí podría tenerlo en un futuro. El defensa de Morón de la Frontera ha jugado los cinco últimos meses cedido en el Tenerife después de renovar hasta 2026 justo antes de salir. Y, aunque no ha contado mucho para Ramis, la dirección deportiva del cuadro insular ha quedado muy contenta con sus cualidades y desde hace meses vienen anunciando que intentarían una nueva cesión.
El gran problema topaba con el Sevilla, pues era el club hispalense el que no estaba tan contento con el protagonismo que le habían dado a su jugador. Pero viendo el panorama que se le presenta este verano, ha debido cambiar de idea. El Tenerife no es el único club interesado en Kike Salas, pero sí es el que más ha hecho hasta ahora por darle una solución a equipo de Nervión.
De hecho, cuando despidió a todos sus jugadores cedidos el último día de junio, no hizo lo propio con un Salas al que espera con los brazos abiertos y por el que lleva meses haciendo gestiones.
Faltaría por concretar en que condiciones sale, ya que el Sevilla cuenta con la evolución del jugador de cara al futuro y trataría de atarlo en corto o, al menos, asegurar una ganancia futura en caso de cláusula de compra o desvinculación.
Y con ello, al menos, eliminaría un problema en Nervión y permitiría a la secretaría técnica centrarse en otras operaciones más importantes. Dos meses parece mucho tiempo, pero con más de una decena de traspasos o salidas pendientes y la necesidad, también, de reforzar algunas parcelas, cualquier respiro se agradece.