La carrera de Jesé Rodríguez está estancada. No encuentra la fórmula de regresar a la competición de nivel. El delantero canario ya suma nueve meses en paradero desconocido, deportivamente hablando. Su último equipo fue el Coritiba de la liga brasileña. Llegó en septiembre del año pasado con la intención de eludir un descenso cantado y se marchó dos meses después. En ese periodo, sólo participó en seis partidos acumulando 90 minutos y anotó un único tanto. Esa etapa él mismo la catalogó de fracaso. Desde entonces, reside en Las Palmas de Gran Canaria, su casa. Entrena en solitario esperando una llamada que no se produce pese a estar el mercado de fichajes abierto.
Mediados de agosto y las opciones de ver a Jesé de vuelta en los terrenos de juego se van reduciendo. El tiempo pasa y el ariete criado en la cantera del Real Madrid no recibe ninguna oferta que le satisfaga. Su vertiginosa proyección se truncó debido a malas decisiones y una vida personal mal ordenada. Dejó el conjunto blanco en el verano en 2016 para marcharse al París Saint-Germain. Los galos pagaron 25 'kilos' por sus servicios, pero no triunfó. Comenzó a encadenar cesiones poco productivas, una tras otra. Las Palmas, Stoke City, Real Betis y Sporting Clube de Portugal.
Terminado su contrato en París, volvió a Las Palmas ya en propiedad. Pero la historia no acabó bien. Unas críticas en público al entrenador García Pimienta después de caer en el playoff de ascenso ante el Tenerife consumaron su adiós. También se especuló con un tercer retorno a la Unión Deportiva, pero su ofrecimiento fue declinado por los dirigentes amarillos.
A partir de ahí, tuvo que emigrar y militar en conjuntos del extranjero. Anakaragücü en Turquía, la Sampdoria en Italia y la fallida experiencia en Brasil, donde incluso fue rescindido antes de finalizar el Brasileirao. Pero Jesé no tira la toalla y entrena en solitario. Se machaca físicamente para demostrar que está capacitado de volver a jugar al más alto nivel. En sus redes sociales se le ve ejercitarse en aparente buen tono muscular.
El tiempo apremia y de momento, la suerte esquiva al ariete insular. Hace unos meses reconocía en el diario Marca las ganas que tiene de volver a jugar: "Me siento y siempre me sentiré futbolista. Que nadie dude de que soy y seguiré siendo futbolista. Llevo cuatro semanas entrenando de lunes a viernes, a veces sábados, con dobles sesiones, preparándome y esperando. He tenido alguna cosa pero no he querido tomar decisiones precipitadas. Me gustaría llegar a un sitio donde tenga estabilidad, donde pueda jugar de seguido. Si tuviera esa continuidad que todo futbolista busca, seguro que rendiría como lo he hecho en otros sitios. Me gustaría que fuera en España, cerca de mi familia", decía.
En este periodo de fichajes su nombre estuvo vinculado a dos conjuntos de Primera Federación. Uno de ellos era el Recreativo de Huelva. Sin embargo, se trataba más de una especulación que de una información contrastada. Más humorístico era el rumor que lo colocaba en el Real Murcia. Un grupo de seguidores pimentoneros pedían su fichaje, con cierta guasa.
Sea como fuere, lo cierto es que Jesé no tiene encima de la mesa una oferta clara para regresar a la actividad deportiva. El tiempo dirá qué es de su futuro. A sus 31 años aún tiene fútbol en sus botas.