Rechazadas las propuestas de Betis y Sevilla, el Celta trabaja en una solución inminente

Denis Suárez y el Celta de Vigo están condenados a entenderse en este final de mercado, con el fútbol italiano y el francés como principales vías de escape a una situación enquistada y sin solución en España

Rechazadas las propuestas de Betis y Sevilla, el Celta trabaja en una solución inminente
Denis Suárez, en el banquillo del Celta. - UES
Sandra RomeroSandra Romero 5 min lectura

El presidente del Celta de Vigo, Carlos Mouriño, y Denis Suárez protagonizaron el penúltimo enganchón público en relación a la incómoda situación por la que el futbolista atraviesa en Balaídos, trabajando en solitario como consecuencia de formar parte de una agencia de representación que el mandamás celeste tilda de traficar con los niños futbolistas. Durante su comparecencia pública, Mouriño dio una rueda de prensa en la que tildó a Denis Suárez de muchas cosas, entre ellas de ir contra los intereses del club vigués. Y lógicamente, instantes después, el futbolista salió en su defensa utilizando sus redes sociales.

Mouriño, también, habló de las diferentes ofertas que el futbolista había recibido y rechazado en las últimas fechas, entre ellas una por valor de 12 millones de euros por tres años. "No diré el nombre del club por respeto, pero el problema de dinero no fue por mi parte y sí de este equipo que tenía que vender por una cuestión de límite salarial. No podía acometer ninguna operación por barata que fuera. Para cerrar el tema ofertas, de las otras dos que cita el presidente: una la traje yo y no hubo acuerdo por ninguna parte y de la otra, no tengo constancia”, puntualizó Denis Suárez.

Tras ello, el diario Marca aclaró que entre las ofertas que Mouriño y Denis Suárez se echaban a la cara en su airada discusión se encontraban las de Sevilla FC y Betis, siendo la tercera en cuestión la de un club de Arabia Saudí que el club le presentó a través de su director deportivo, Luis Campos. Unos intereses a los que también se unieron Villarreal CF y RCD Espanyol, aunque estos nunca llegaron a materializarse.

Y de esos barros, estos lodos. El mercado de fichajes entra en su recta final y el Celta de Vigo se ve obligado a acabar de darle solución, también, a este enfrentamiento. Simple y llanamente porque es lo que beneficia a los intereses del club. Especialmente en este mercado tan complicado en el que los límites económicos de LaLiga tienen con la soga al cuello a la mayoría de clubes de Primera división.

Como ya hemos detallado anteriormente, los clubes de LaLiga que pretenden o han pretendido a Denis Suárez no podrían inscribirlo, por lo que su futuro pasa por llevarse el año en la grada o salir al extranjero, donde cuenta con 'novias' suculentas en Italia y Francia.

El club, por su parte, sigue firme en su idea de que no volverá a vestirse la camiseta del RC Celta si no cambia de agencia de representación, un chantaje que Denis no parece estar dispuesto a aceptar. El deseo del jugador es el de recalar en un club con proyecto competitivo, tal y como resalta La Voz de Galicia, amén de que éste, también, le asegure el caché firmado con el Celta, donde es el mejor pagado de la plantilla junto a Iago Aspas.

Luis Campos como interlocutor para la salida de Denis Suárez

La salida se antoja indispensable para ambas partes, siendo Luis Campos un interlocutor de lujo para ello. La idea de un traspaso que deje 'cash' en las arcas viguesas se ha desvanecido, tanto por la situación del mercado en sí como por el propio Denis, que en enero podría negociar como agente libre y que verá cómo las competiciones regulares paran en noviembre con motivo del Mundial de Qatar. Es decir, que los tiempos, especialmente este año, juegan a su favor.

El Celta necesita darle salida a un jugador con el que no cuenta, para así conseguir un margen salarial más amplio que le permita reforzarse en este cierre de mercado. Mantenerlo toda la temporada en la grada, sin jugar, pagándole toda la ficha sería un tiro en el pie. Así se lo ha hecho saber el director deportivo a su presidente, de ahí que la solución definitiva se antoje inminente.