La destitución de Rafa Benítez tras la derrota ante el Real Madrid pilló por sorpresa a muchos en Vigo. No tanto por la decisión, pues la situación lo merecía, pero sí por el momento, pues la directiva celeste venía aguantando al técnico madrileño a lo largo de toda la temporada, en la que su RC Celta no había acabado de arrancar en ningún momento, estando coqueteando con los puestos de descenso durante toda la campaña. El tema económico era uno de los aspectos que mantenía a Benítez en el banquillo, habiendo firmado por dos temporadas más otra tercera condicionada a objetivos a razón de algo más de seis millones de euros brutos. Su despido, por tanto, pasará factura a las arcas del conjunto vigués, que sigue negociando con el entrenador su adiós, tanto en cantidades como en plazos a la hora de abonar el finiquito.
Su relación con la plantilla tampoco era la mejor. Y como prueba, que solo un Iago Aspas con el que tuvo sus más y sus menos se despidió públicamente de él, como capitán del Celta que es. También lo hizo Mihailo Ristic, aunque comparte agencia de representación con el técnico, lo que le da coartada.
No es de extrañar, por tanto, que desde su despido hayan sido muchos los jugadores del Celta que, con sus declaraciones, han manifestado la falta de entendimiento que existía con el entrenador, siendo el último en levantar la alfombra Fran Beltrán en rueda de prensa. El futbolista, en sala de prensa, fue cuestionado por qué es lo que le pide Claudio Giráldez, nuevo técnico del Celta, desde que llegó. Una pregunta a la que el centrocampista respondió que “seamos nosotros” sobre el campo. “Lo que nos está diciendo es que intentemos bascular, que si uno sube otro baje, que si el balón está en un lado uno tiene que estar para darle la vuelta. Son conceptos que no son nuevos para nosotros pero hacía mucho que no trabajábamos", apostilló Fran Beltrán, demostrando que el día a día con Benítez no era el esperado y que, a diferencia de la opinión generalizada de la plantilla celeste, apostaba por un fútbol mucho más defensivo que les estaba condenando a luchar por evitar el descenso.
Centrado en esta nueva etapa con Claudio Giráldez al frente, Fran Beltrán dijo que se nota “bien”, confiando en que el que era entrenador del primer filial hasta hace muy poco será capaz de salvar al RC Celta esta temporada: “Es un estilo que puede favorecer a muchos jugadores. La verdad que yo me siento cómodo. Estoy deseando seguir trabajando para aprender mucho más". Es un gran entrenador, lo ha demostrado en el filial, lo demostró el anterior partido. Tenemos que ayudarle como él nos ayuda, ir de la mano todos juntos porque formamos un gran grupo, un gran equipo".