La planificación deportiva del Celta de Vigo tiene un tema pendiente con nombre y apellido: Rubén Blanco. El portero gallego, a quien le restan cuatro años de contrato, ha regresado a la entidad viguesa tras una cesión de un año al Olympique de Marsella y puede convertirse en las próximas fechas en un importante ingreso para los celestes; y decimos puede porque la realidad es que el club no ha tomado decisión alguna.
Si bien desde Diario AS señalaban la escuadra gala había quedado muy contenta con lo ofrecido por el arquero y que lo más probable es que en este verano saliese traspasado definitivamente, es el propio interesado, Rubén Blanco, el que deja claro que por el momento no sabe nada sobre su futuro y que está a la espera de lo que dictamine el Celta.
"La decisión no es mía, todo lo que diga son cábalas que no tienen ningún sentido. Este viernes 30 acabo contrato con el Marsella y el día 3 empiezo a entrenar con el Celta. Yo no creo que tenga mucho poder de decisión, será lo que el club quiera. Estoy enamorado del Celta, pero este año en Francia también ha sido maravilloso", explica.
A Rubén Blanco le toca esperar sin que para el Celta apunte a prioridad determinar si le da salida o le deja en plantilla para pelear por la titularidad con Iván Villar, quien terminó el curso 2022-23 realmente bien tras sustituir al lesionado Agustín Marchesín, quien no pudo jugar desde el mes de febrero.
La realidad es que los gallegos tienen abiertos otros frentes tras certificar el paso más importante de su planificación: el fichaje de Rafa Benítez como entrenador. Dado ese paso, ahora están centrados en concretar la llegada definitiva de Carles Pérez, quien podría costarle unos 6-7 millones de euros, y trabajar al unísono en convencer a Sergi Darder, quien con una cláusula de rescisión marcada en 10 millones de euros se muestra como una pieza más que jugosa para muchos equipos.
Con tanto frente abierto, a Rubén solo le queda esperar acontecimientos, si bien no esconde que el tiempo que ha pasado en el Marsella ha sido realmente satisfactorio. Escuchándole, parece claro que no le importaría regresar.
"Ha sido un año fantástico, el Marsella es un gran club y la ciudad también es maravillosa. Ahora me toca disfrutar de los días de vacaciones que quedan y desconectar porque las temporadas se hacen muy largas", comenta antes de recalcar que su posible vuelta a la ciudad del sur de Francia no estaría ligada a la contratación de Marcelino García Toral como técnico. "Es un grandísimo entrenador, tiene una grandísima trayectoria en España, pero no creo que cambie absolutamente nada que Marcelino esté o que siguiera el míster del año pasado", concluye.