La ingrata vida de un portero de fútbol permite que, después de nueve jornadas de escándalo, a un nivel bárbaro y salvando puntos para tu equipo casi cada semana, los 'haters' se ceben contigo por la derrota de todos los años ante el Atlético de Madrid, al que suele salirle todo sin hacer prácticamente nada frente al Real Betis. Las redes sociales, un estercolero de insultadores profesionales escondidos tras seudónimos las más de las veces, bramaron el pasado domingo contra Rui Silva, que, sin duda, pudo hacer más en los dos goles de Griezmann, especialmente el segundo, ya que en el olímpico le estorbaron en el primer palo Borja Iglesias (muy a su pesar) y Saúl Ñíguez, por lo que no pudo ver la pelota hasta que ya la tenía encima. Lo sabe el portugués y lo saben los técnicos verdiblancos, que han analizado concienzudamente ambas acciones, como otras de aquel partido, como en todos, para corregir errores.
Ocurre que, frío sobre el campo, el ex de Granada y Nacional es exigente hasta la médula. En casa, en privado, se ha castigado recordando dos acciones puntuales que no deben (no pueden) borrar ni restar valor a su sobresaliente rendimiento hasta la fecha, con apariciones de enorme mérito contra varios de sus oponentes anteriores. Las estadísticas no engañan y 'WhoScored', una de las páginas de referencia en su análisis, lo nombró MVP del Betis en Mallorca, amén de que solamente William Carvalho y Edgar mejoraron su 'raiting' contra Osasuna. Paradones contra el Celta, el Valladolid, el Almería... La balanza está exageradamente inclinada hacia el lado contrario, pero lo más reciente pesa en la mente de los aficionados. De algunos.
Afortunadamente, la temporada no dará tregua hasta el Mundial de Qatar, cuando el de Maia espera no tenerla tampoco. Al menos, Fernando Santos cuenta con él en la prelista de 55 jugadores de Portugal, después de sonadas ausencias recientes, por lo que Rui Silva confía en tener un sitio en una magna cita con la que completar su colección, ya que formó parte de las 'quinas' en la Eurocopa de 2020, disputada realmente en 2021. Para recuperar sensaciones, el cancerbero luso regresará este domingo al lugar de autos, el escenario donde firmó la intervención de la pasada edición de la Copa del Rey, si no de la temporada en su totalidad. Hace casi nueve meses de aquello, pero aún se mantiene en la retina de propios y extraños su mano cambiada para impedir el tanto de Isak en los cuartos de final (a partido único) ante la Real Sociedad en Anoeta, solventados de manera contundente por los verdiblancos (0-4).
Fue "de las paradas más difíciles" de su carrera, como explicó el protagonista luego. Un especialista en amargar a los donostiarras, como pudieron comprobar apenas dos meses antes en LaLiga, esta vez en el Benito Villamarín. Especialmente Portu, que se fue de vacío ante los reflejos felinos de Rui Silva, clave en otro 4-0 inesperado por la igualdad existente entre ambos conjuntos, que, desde luego, no se manifestó en los duelos particulares. Porque la hipotética revancha en el torneo de la regularidad no fue tal, con un 0-0 en vísperas de la final copera que tuvo a Claudio Bravo entre los palos heliopolitanos.
De momento, el pulso entre los dos porterazos del Betis sonríe en casi todos los apartados al portugués. Si ya en la 21/22 jugó más (2.821 minutos, frente a los 2.009 del chileno; 32 encuentros por 23), dejó más veces su meta imbatida (11-7) y encajó menos goles por partido de promedio (1,06-1,17), el arranque de la 22/23 vuelve por los mismos derroteros. Rui Silva es el elegido para los fines de semana (10 de 11 jornadas de LaLiga) y Bravo, para los jueves (las cinco entregas de la Europa League y la intersemanal liguera), por lo que le está beneficiando el reparto de minutos (900-540). Por ahora, ha dejado cuatro veces su portería a cero, por tres del ex de Colo Colo, que presenta un ratio inferior (0,66 por 0,80) en cuanto a tantos por encuentro.