Manu Fajardo ha sido elegido para encarnar al Rey Baltasar en la Cabalgata de los Reyes Magos del próximo 5 de enero en Mairena del Aljarafe. Así se lo comunicaba estos días el propio alcalde de la localidad, Antonio Conde, que difundía un entrañable vídeo en sus redes sociales mostrando la reacción de otros vecinos que representarán a Melchor, Gaspar y la Estrella de la Ilusión en el cortejo más bonito y esperado por los pequeños de todas las localidades. Como ese día no se encontraba en casa el director deportivo del Real Betis, su respuesta se conoció de manera telemática, con éste en un hotel, durante unos días de relax o una concentración con el primer equipo. "Nos queda un último fichaje; un pelotero bueno", bromean los responsables municipales, mientras que el protagonista se mostraba "sin palabras, emocionado, comprometido e ilusionado a partes iguales", agradecido por el reconocimiento y deseando vivir "una noche de mercado diferente".
Como hay gente para todos, la noticia desató reacciones de todo tipo en las redes sociales, aunque también hubo felicitaciones a Fajardo, que vivirá un inicio de año de nuevo movido. Y es que fue el 10 de enero de 2024 cuando se hacía oficial la marcha de su mentor y entonces superior, Ramón Planes, al Al-Ittihad saudí, en plena ventana de transferencias. Heredó, de forma interina, el cargo el aljarafeño, que estudió una jugosa oferta para acompañar al ilerdense a Oriente Medio, pero que terminó aceptando el 19 de febrero la promoción que le ofrecían Ángel Haro, José Miguel López Catalán y Ramón Alarcón. Por lo tanto, su primer mercado a los mandos de manera exclusiva fue el veraniego de este 2024, por lo que se enfrentará a un test en enero de 2025 con la obligación de obrar una nueva revolución como la del año anterior, con cuatro salidas y cuatro fichajes.
Aunque algunos vean en la designación antes mencionada una distracción para Juan Manuel Fajardo Mateo (1985), el orgullo de este mairenero de toda la vida solapa cualquier otra consideración. Aparte de la perogrullada de que cualquier profesional es también muchas más cosas (persona, la principal), la ventaja reside en que los miembros de la comisión deportiva del Real Betis han detectado ya con mucha antelación las carencias de la planificación, entendiendo que, con la regla 1:1 y unos ocho millones de euros en caja (sobre todo, por la venta extemporánea al Al-Arabi de Rodri Sánchez, que está brillando en Qatar), hay herramientas de sobra para compensar la plantilla. Únicamente hay una ficha libre, por lo que se procurarán cesiones o ventas (todas las miradas recaen en los infrautilizados y/o decepcionantes Iker Losada, Juanmi Jiménez, 'Chimy' Ávila, Assane Diao...) para retocar todas las líneas.
La portería, con Álvaro Valles esperando en la grada del Estadio Gran Canaria, dependerá de que el Al-Nassr active antes o no la reacción en cadena fichando a Ederson, lo que llevaría al Manchester City a ir a por Diogo Costa y al Oporto, a pujar por Rui Silva. Los objetivos reales pasan por contratar un cuarto central nato, un mediocentro defensivo (se estudiarán propuestas por encima de los 25 millones de euros por Johnny Cardoso, sin tener que esperar necesariamente al verano siguiente) y un extremo diestro. De haber otros movimientos, esperados o inesperados, Manu Fajardo y su equipo tienen preparada la agenda con alternativas que se activarían rápidamente. La encomienda es exigente, aunque no se desaprovechará la ocasión ni se escatimarán esfuerzos (tampoco económicos) para obrar la quinta clasificación consecutiva para competiciones europeas. El 5 de enero, el director deportivo del Real Betis lo verá todo negro. Antes y después, no tanto.