Aunque en la planta noble del Benito Villamarín ya se frotan las manos con los ingresos que aseguraría el pase a la liguilla de la Conference League, en el vestuario prima la prudencia. Entrenador y jugadores no se fían del 0-2 en Kosice y quieren pisar sobre seguro a partir de este jueves, cuando el Coliseo de La Palmera acoja la vuelta de la ronda 'play off' ante un FC Kryvbas que afronta este compromiso con la lógica desgana de quien se sabe prácticamente eliminado y, aparte, tiene otras cosas en la cabeza. Porque, si bien la invasión rusa trasladó su sede desde finales de 2022 a la vecina Eslovaquia, el refundado club ucraniano nació y se afincó en Krivói Rog (Kryvyi Rih, en su idioma), igual que el famoso presidente del país, Volodímir Zelenski, a la sazón impulsor de que la entidad rojiblanca tuviera continuidad.
Y, precisamente, la localidad perteneciente al óblast de Dnipropetrovsk y capital de su región, de población y tamaño similares a Sevilla, ha sido bombardeada la pasada noche por el vecino más indeseable que pudieran imaginarse. Según diferentes agencias de noticias, el jefe de la Administración Estatal del distrito, Yevhen Sitnichenko, señala que, tras el ataque con misiles contra un edificio civil (un hotel), seis personas, entre ellas dos niños, han solicitado ayuda psicológica. Asimismo, se han producido daños en casas, comercios y vehículos, según indicaba en su canal de Telegram, una ofensiva justo después de una jornada marcada por incidentes a gran escala contra distintas regiones de Ucrania y que ha tenido como principal objetivo las instalaciones energéticas, dejando, al menos, siete muertos, dos de ellos en la mencionada localidad de Kryvyi Rih.
Volviendo a lo más importante de lo menos importante, el deporte, ya hay designación oficial para el choque de esta semana, tras la polvareda que levantó la elección del turco Arda Kardesler para la ida, vetado por el FC Kryvbas, que se limitó a no saludarlo durante la formación inicial y prácticamente no dialogar sus jugadores con él en señal de protesta por haber dirigido un Rusia-Serbia que se celebró pese a que la comunidad internacional orillaba a las selecciones de la nación de Vladimir Putin. Ahora, pese a que el otomano pasó desapercibido en el Kosice Football Arena, la tarea en el Benito Villamarín se le ha encomendado al croata Igor Pajac, de 38 años (cumple 39 en un mes) y natural de Zagreb. Con escasa experiencia internacional y ningún antecedente con clubes españoles, tratará de impartir justicia en La Palmera en la resolución de una eliminatoria que contará con su compatriota Mario Zebec (41).