Además de los frentes prioritarios de apuntalar la plantilla con nuevos fichajes, con el carril zurdo y la delantera como prioridad, y de desatascar la 'operación salida' para continuar con la planificación, en el Benito Villamarín trabajan desde hace un tiempo en otra asignatura pendiente que últimamente ha ganado importancia por la relevancia del protagonista: la renovación de Aitor Ruibal.
El catalán entra en su último año de contrato y las dos partes iniciaron conversaciones meses atrás para acercar posturas, hasta el punto de que el acuerdo se encuentra enfilado a falta de resolver detalles para otorgarle oficialidad. El apretado calendario de la dirección deportiva en el mercado ha propiciado que se demore la consumación del acuerdo, pero no existe ningún problema que haya distanciado a ambas partes, pues existe una excelente predisposición por ambas partes.
El propio Manu Fajardo reconoció recientemente que la negociación caminaba en muy buena dirección: "La renovación está a punto de consumarse, faltan algunos pequeños flecos. Estamos muy contentos de poder ultimarla, porque consideramos que Aitor es un jugador muy importante para el Betis tanto dentro como fuera del terreno de juego".
El de Sallent de Llobregat solo piensa en continuar en el club de su vida a pesar de que ha recibido llamadas de otros equipos y en el Benito Villamarín lo consideran un futbolista muy importante, plenamente comprometido y capaz de apagar numerosos fuegos por su tremenda polivalencia. De hecho, el propio Pellegrini ha respaldado este movimiento, pues destaca su peso específico en el vestuario y la cantidad de soluciones que le ofrece.
Con el chileno se ha desempeñado tanto de extremo diestro, su posición natural, como de lateral con el carril por delante para suplir las bajas, y por si fuera poco, en pretemporada ha regresado a la demarcación de sus inicios. No en vano, ante Manchester United y Al-Ittihad, Pellegrini lo ha utilizado como punta de lanza al considerar a Chimy Ávila como complemento por la izquierda y no disponer de otra referencia por las salidas de Borja Iglesias, la ausencia de refuerzos y la lesión de Bakambu.
El canterano ha respondido a la perfección a esta exigencia, con dos actuaciones destacadas, sobre todo la del sábado, con el primer gol, muchísima movilidad, asociación y generación de peligro. Una respuesta que ha reforzado la confianza del técnico en Ruibal y recordado al Betis la importancia de dar el último paso en una renovación que extenderá su contrato hasta 2027 o 2018, posiblemente por tres años.
Aitor Ruibal quiere y tras el partido de ayer dejó claro que él está dispuesto a jugar donde haga falta para defender el escudo del Betis: "Hace tiempo que he asumido mi rol. Sé para lo que estoy aquí y la verdad que intentando disfrutar al máximo las oportunidades en las posiciones que me gustan mucho como las de delantero".