Los cambios repentinos en el rendimiento de un futbolista siempre se pruducen a partir de una base, de un motivo, nunca surgen de la casualidad, y habitualmente radican, más allá de posibles asuntos personales del jugador, en la confianza que les transmite el entrenador incluso cuando no le otorga la continuidad suficiente sobre el terreno de juego. Esta fe en su calidad termina por encender la chispa que ya existe y es justo lo que ha ocurrido con Ez Abde.
Al internacional marroquí, uno de los fichajes más ilusionantes de hace dos veranos, le costó adaptarse y desempeñó un rol secundario la temporada pasada, con un total de 1,629 minutos repartidos en 38 partidos. Ofreció momentos estelares, como reflejan sus cinco goles, pero también demasiada irregularidad que le impidió dar el salto a una titularidad sostenida. Tanto es así que se llegó a hablar de la posibilidad de salir en verano, que incluso el club había tomado esa decisión si llegaba una oferta sugerente, si bien entonces se produjo un punto de inflexión, una muestra de confianza que volteó la situación de Abde.
Y es que, en pleno debate sobre su rendimiento, en el mes de mayo Pellegrini rompió una lanza a su favor con un respaldo público que supuso un portazo a su salida en verano y el comienzo de su recuperación para la causa. Así, en la rueda de prensa previa al partido contra Osasuna señaló que contaba con él y que no quería que abandonara la disciplina verdiblanca.
"Abde está intentando mejorar semana tras semana y cuando esté listo seguro que podrá entrar en los planes. Ahora mismo todavía le falta adaptación", explicó el preparador chileno, que dejó claro que deseaba que continuar en la 24/25: "No tengo ningún interés en que sea vaya. Para nada es un descarte en la plantilla". Además, le enseñó el camino para ganar en protagonismo, pero es verdad que cuando juega tiene que demostrar más cosas, que está a la altura del equipo".
A partir de ahí participó en todos los partidos y fue titular ante Las Palmas y se marchó de vacaciones con la seguridad de que tendría sitio en el siguiente proyecto, lo que, sin duda, tomó más forma con la salida posterior de Ayoze.
Ahora, en el presente curso es titular indiscutible para Pellegrini y uno de los principales peligros en ataque de los verdiblancos, como refleja que suma tres goles y una asistencia, jugando un papel principal en el nuevo proyecto. Y todo, por una muestra de confianza bien aprovechada.